El autor de Oasis sorprendió a sus lectores con la siguiente redacción: “Dios acaso te susurra: Hij@, creo en ti y dices que me amas…” (LA PATRIA, 4/3/2023). ¿Cómo pronuncia usted, padre, semejante esperpento? Acerca de esta manera absurda de escribir, el “Libro de estilo de la lengua española” (2018) enseña: “No se considera válido el uso de la arroba, la e o la x para hacer referencia a los dos sexos: l@s niñ@s, les niñes, lxs niñxs. Estos recursos contravienen las reglas gráficas y morfológicas  del español”. Y, muy a mi pesar, agrega: “No se rechaza, en cambio, el uso de la barra o el del paréntesis si el desdoblamiento se considera indispensable en algún contexto: Queridos/as amigos/as o Queridos (as) amigos (as). Aun así, el abuso de este recurso hace que los textos resulten confusos. Debe evitarse asimismo la coordinación de artículos en estos contextos: los y las alumnas”. Sin olvidar que este estomagante lenguaje es farragoso, nocivo, inútil y traicionero, y que las innovaciones, por muchas razones necesarias en cualquier idioma, deben respetar las normas establecidas para cada uno de ellos. 
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No es extraño oír a cualquier paisano decir: “Yo soy  amante al deporte”, como tampoco a otro o al mismo afirmar: “Yo soy devoto a san José”. Son expresiones incorrectas, que deben ser desterradas del lenguaje culto. Tanto ‘amante’ como ‘devoto’ rigen la preposición ‘de’ para su complemento, que es genitivo (de posesión), no indirecto. El director de Papel Salmón, Fernando-Alonso Ramírez, desacató esta norma al escribir: “…pero seguro que cualquier amante a la literatura fantástica…” (LA PATRIA, 4/3/2023). Obviamente, “…amante de la literatura fantástica…”. De Cicerón: “Amans patriæ*” (‘Amante de su patria’). *Patriæ, en latín, caso genitivo. 
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‘Ha’ tiene en castellano tres significaciones: la primera, ya en desuso, de ‘tener’ (cuando ‘haber’ era verbo transitivo), por ejemplo, ‘él ha muchas propiedades’: la segunda, apócope de ‘hace’, en frases como ésta. ‘tres meses ha que desapareció’, y la tercera, la usual, de tercera persona del singular del presente de indicativo del auxiliar ‘haber’, verbigracia, ‘siempre se ha preocupado por sus semejantes’. Pero no reemplaza a la preposición ‘a’, como en la siguiente afirmación: “…y en materia de movilidad la cuestionada plataforma Uber, que ha propósito está cumpliendo 10 años…” (LA PATRIA, Francisco J. González Sánchez, 6/3/2023). “…que, a propósito, está…”, por supuesto, locución que se emplea cuando se quiere expresar que algo es ‘adecuado’ para el fin propuesto. Pero considero que el columnista sabe esto, que lo suyo no fue más que un descuido, del que cualquiera puede ser víctima. 
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Cuando en una oración el pospretérito (potencial simple) se emplea como el segundo término (‘consecuente’) de una relación gramatical, su ‘antecedente’ (el primer término), otro verbo, debe ir en pasado, por ejemplo, ‘grité para que me oyeran’. (En presente, ‘grito para que me oigan’). El presbítero Luis Felipe Gómez Restrepo, en su columna dominical,  redactó así: “Para que el anhelo del presidente Petro de la “Paz total”, pudiera llegar a buen término, hay una serie de recomendaciones…” (LA PATRIA,  5/3/2023). En esta oración, el antecedente ‘hay’ (que, por el hipérbaton, está en segundo lugar) es el presente de indicativo de ‘haber’, por lo que el consecuente debe construirse en presente de subjuntivo, de esta manera: “Hay una serie de recomendaciones para que el anhelo del presidente de la ‘Paz total’ pueda llegar a buen término”.  Sobra, además, la coma después de ‘Paz total’. 
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  Cita: “Alba Sofía recibió la noticia de que iría a la NASA acompañada de sus compañeros, familiares y docentes” (LA PATRIA, 9/2023). De acuerdo con esta redacción, comenta el corresponsal Razuvi,  “entendí que Alba va a ir a la Nasa con compañeros, familiares y docentes”. Y, acertadamente, concluye: “Al redactor le faltó precisar, para evitar esa confusión, que la joven Alba recibió la noticia en presencia de quienes estaban con ella al recibir la buena nueva”.