Lograr un acuerdo nacional, garantizar la gobernabilidad democrática e impulsar la recuperación de la economía son algunos de los principales retos que enfrentará el nuevo mandatario de los colombianos en sus próximos cuatro años de gobierno.
Ante un Congreso dividido, la gobernabilidad será un tema de grandes desafíos para el presidente electo; lograr la voluntad política de los congresistas para la aprobación de las nuevas reformas tributarias, pensionales, laborales y educativas será uno de los grandes retos.
Las resistencias a la implementación de nuevas políticas sociales y al direccionamiento de los recursos públicos demandará la construcción de consensos para crear mayorías en el congreso. El llamado a un ‘Gran Acuerdo Nacional’, que ha convocado el presidente electo, le permitirá al futuro gobierno sacar adelante su agenda política, consensuar las reformas, y tomar el pulso por las mayorías legislativas.
Los desafíos en materia económica requieren de un manejo responsable de las finanzas públicas. Un país afectado por la desigualdad social, inseguridad, violencia, corrupción, pobreza, desconfianza institucional y un panorama internacional incierto tendrá el desafío de superar el déficit fiscal (7%), la reducción de la inflación (9%), la informalidad (44%) y el nivel de endeudamiento (61%); los cinco millones de puestos de trabajo recuperados en el periodo post-pandémico han sido insuficientes para reducir a un digito los niveles de desempleo (11%); uno de los principales retos será crecer de manera sostenida a una tasa del 6%.
Las reformas al sistema tributario, laboral y de pensiones buscarían aumentar los ingresos fiscales para garantizar las fuentes de financiación del próximo gobierno. A través de una reforma tributaria progresiva ingresarían a las arcas del Estado alrededor de $50 billones. Si bien una reforma agraria buscaría aumentar el impuesto predial a la propiedad rural (para desincentivar el latifundio improductivo y la concentración de la tierra), la nueva política de transición energética exigirá el desarrollo de otros sectores que reemplacen nuestra principal fuente de exportación y de ingresos.
Esta semana comenzará el proceso de empalme entre los gobiernos entrante y saliente, donde se deberá convocar la conformación del nuevo equipo económico y la designación del nuevo Ministro de Hacienda. El futuro jefe de la cartera de las finanzas públicas deberá contar con credenciales técnicas, gran credibilidad en los mercados y tener alta capacidad de negociación en el Congreso.
El próximo 7 de agosto será la toma de posesión presidencial del nuevo inquilino de la Casa de Nariño, y los detalles sobre sus propuestas en temas fiscales y energéticos enviarán una clara señal sobre el modelo de desarrollo y la orientación de la política económica para el próximo cuatrienio.