Es la crónica de una muerte anunciada, tras meses de pandemia, sin compartir con seres amados, es comprensible pensar que los hogares colombianos quieran ser generosos en navidad. A pesar de buenos deseos es probable que muchos no lo logren. No solo la crisis mundial de contenedores encareció fletes, también la falta de semiconductores limitó la disponibilidad de electrodomésticos. El alza de costos energéticos incrementó precios, mientras el dólar a $4.000 tampoco facilita las cosas. En Europa, China, y EEUU la inflación de precios y la falta de disponibilidad han hecho del tema logístico una prioridad.
La última encuesta logística del DNP mostró que hay mucho por mejorar. De los pedidos del país, solo 88,6% llegan con documento correctos, 94,0% sin daños, 89,8% sin problemas de calidad, solo 77,3% a tiempo y completos. En otras palabras, pedidos perfectos se logran el 57,8% de las oportunidades. Aunque la infraestructura del país, especialmente sus vías terciarias, todavía son precarias, la logística requiere plataformas logísticas urbanas y mejores accesos a ciudades.
En la encuesta logística los prestadores de los servicios logísticos piden mejorar la última milla. Por ejemplo, 32,3% identificaron la falta de zonas de cargue y descargue como el principal reto, también 10,2% ven la deficiente el costo del bodegaje. Ahora que se tramitan tantos planes de ordenamiento territorial el componente logístico no debe ser olvidado. Habilitar suficiente suelo para funciones logísticas sin imponer normas de tránsito inhabilitantes es crítico. En general 8,5% de los encuestados se quejan de la falta de entendimiento de las normas.
Los problemas logísticos son tan severos que, al contrario de la tendencia internacional de tercerización de pedidos, en Colombia las empresas cada vez más deciden manejar su propia logística. Mientras 72,4% de las pequeñas empresas manejan su logística, 47,8% de las grandes lo terceriza. Manejar una empresa ya es suficientemente difícil como para volverse experto en neumáticos y mantenimiento, pero la frustración las obliga.
La logística es algo que funciona bien cuando se hace de forma planificada. En los retos de última milla de los principales puertos, aeropuertos y zonas de producción se requiere una mesa de logística permanentemente. La coordinación debe ir más allá de los trámites y permisos, debe incluir turnos de entrega y manejo de información. Esto es clave, por lo menos, para la entrega de paqueteo con crecimientos de más del 200% en época de covid y comercio electrónico.
La llegada de la navidad se va a sentir en la billetera de los colombianos. El flete de Shanghái a Buenaventura pasó de US$2.000 a US$7.000 por contenedor, especialmente sensible para la compra de regalos, que hoy se producen casi todos en China.
Pero esto incluye desde carros hasta celulares, no hay disponibilidad de transporte hasta el 2022, en muchos casos 2023. Infortunadamente, la logística solo es noticia cuando hay crisis. Si logramos aprovechar este momento para implementar reformas estructurales ya diagnosticadas ganaríamos mucho. Entre tanto, los alcaldes y las aduanas con medidas de sentido común, podrían facilitarnos mucho la vida a los colombianos en la carretera durante esta navidad.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015