“Yo me levanto por la mañana, me doy un baño y me perfumo, me como un buen desayuno, y no hago más na’…a la hora de las doce yo me como un buen almuerzo de arroz con habichuela y carne guisa’, y no hago más na’, después me voy a la hamaca a dormir una siestica, a veces duermo dos horas y a veces más, y no hago más na’… y me levanto como a las tres, y me tomo un buen café, me fumo un cigarrito, cojo mi guitarra y me pongo a cantar, a la la a la la la la la… luego me voy al balcón, cual si fuera un gran señor, con mi mujer a platicar, cuando se me pega el sueño enseguidita me voy a acostar y duermo hasta por la mañana y no hago más na’, más na’…”
Esta es parte de la letra de una canción muy conocida del Gran Combo de Puerto Rico, cantada con su magnífica voz por Jerry Rivas, que de manera jocosa revela el día a día de alguien muy perezoso y cómodo, pero sobre todo gozón. Al principio cuando la escuchaba, hace unos 30 años, me producía escozor la letra, a pesar de la ‘sabrosura’ de su música, pues revelaba la vida de un señor que no hacía prácticamente nada, que no tenía ninguna ambición, y no quería ser “alguien”, o mejor, que no era “nadie”. Más adelante empecé a disfrutar mucho más la canción y hoy me parece tremendamente divertida.
Sin dejar de entender que la canción “Y no hago más na’” es una tomadura de pelo y que su protagonista es un súper vago, sería también bueno que algo de su espíritu se nos impregnara por estos días. Hacer menos, sin prisa, y a veces poder decir: y no hago más na’. Aunque muchos, sin embargo, por la importancia social de su trabajo en este momento, no podrán tener un minuto de descanso: trabajadores de la salud, del aseo, suministro de alimentos, bancarios, servicios públicos, etc.
Este tiempo de pandemia y cuarentena ha servido para que se multiplique por diez lo que a diario se nos propone que hagamos desde las redes sociales. Nos recomiendan mil películas, nos llega infinidad de canciones y conciertos, los museos del mundo a un click, centenares de conferencias, bibliotecas enteras, dinámicas y juegos, retos matemáticos, rutinas de ejercicio en casa, etc. Sin duda, todos estos envíos tienen una buena intención y la idea es escoger entre todos ellos, pero también es cierto que de prestársele mucha atención a todas estas propuestas tendríamos que disponer, solo con lo recibido hasta hoy, de una cuarentena de varios años para cumplir con todas estas ‘tareas’.
Por otro lado, este tiempo es propicio para la cosecha más variada de lecciones de espiritualidad y un ramillete generoso de sabios y gurús que se introducen por la pantalla del teléfono o el computador para indicarnos cómo conducir nuestra vida en estos tiempos, cómo vivir la dimensión espiritual y predecir cómo la humanidad cambiará al salir del túnel.
Lo anterior me recuerda historias y relatos donde los sabios de Oriente recomiendan hacer menos que más. En alguna oportunidad conversaba con alguien que se fue a vivir a la India para adquirir mayor maestría en el yoga y trabajar su espiritualidad. El maestro, el Shwami Brahndev, en el Ashram Aurovalley, le pidió que el primer mes no hiciera nada, literalmente. Que no leyera, escribiera, trabajara, nada en absoluto, como mucho que caminara sin ningún propósito. En un relato del budismo zen un discípulo llega ávido de conocimiento donde el maestro; este le ofrece una taza de té, la cual es aceptada gustosamente por el alumno. Al servirlo el maestro sigue vertiéndolo, a pesar de que la taza ya está rebozada y quema la mano del discípulo. Este le recrimina que se quemó por falta de cuidado del maestro al servir. Entonces el maestro le dice que así como esa taza de té está la cabeza del discípulo, sin espacio para nada, y que mientras no la vacíe no tendrá nada que enseñarle, pues no habría espacio para lo nuevo.
Como dice el refrán: muchas veces menos es más.
Ah, y es buena idea deleitarse con ‘Y no hago más na’
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015