El eterno femenino pisó duro en el reciente Festival nacional de música colombiana de Ibagué que llegó a la edad de Cristo: 33 años.
No figuraba en la agenda, pero para la trigésima tercera versión, la madre naturaleza aportó el sábado 23 de marzo, vísperas de la clausura, un cacofónico movimiento telúrico de 6.1 que felizmente no causó estragos.
El festival declarado patrimonio cultural y artístico del país nació de una costilla de Doris Morera de Castro. Por la residencia de esta tolimense de todo el bunde, ha pasado el matutino y el nocturno de la música andina. Compositor o cantante que se respete debe recibir primero el agua bautismal en su casona. Es su tesis de grado.
La Orden Garzón y Collazos se le otorgó por la entrega a su oficio a una empírica de Ginebra, Valle, María Isabel Saavedra. Si bien confunde un re o un do con un policía acostado, ha compuesto más de 700 canciones.
Su caída del caballo o punto de partida fue una canción que compuso a los 18 años, “Me borrarás”. La maestra y cantautora decidió convertir en obra de arte musical una tusa de amor. Aprendamos. “Me borrarás de tu memoria, de tu alma de tu vida, como se borra un error de ortografía”, dice la canción.
Si hay que contar el cuento de la composición, María Isabel abre un taller. ¿Hay que escribir un libro en dueto con su pareja? Ahí está “Cambio a mi mujer por una Harley”.
Que un salmo impulse la carrera de una artista no se da silvestre en la viña del Señor. La caída del caballo de Maía, invitada especial al cierre del festival, fue la interpretación (“la mejor de mi carrera”) del salmo 97 que hizo ante el papa Francisco.
Contó el secreto en la Concha Acústica, el Vaticano de la música en Ibagué, “un paraíso, el más musical”, según el himno.
Su energía deleitó al respetable con toda clase de ritmos. Hace quedar bien su condición de bisnieta del creador de la batalla de las flores del Carnaval de Barranquilla.
Nunca había visto dos artistas que disfruten tanto la música que interpretan sus colegas. Me refiero a María Isabel y a Maía. Se meten en cuerpo y alma en cada canción y aplauden sin miseria a los intérpretes. Se tienen prohibido el inútil pecado de la envidia.
La cuota del macho alfa la puso el exministro chaparraluno Alfonso Gómez Méndez quien hizo valer su condición de hijo de sastre que combinaba el tiple con la Singer y castigó, perdón, deleitó a la audiencia con interpretaciones como Vivirás mi Tolima y María Manuela. No había temblado la tierra.
Las mujeres acapararon el premio Príncipes de la canción, adjudicado a las hermanas tolimenses Paula y Aura María García, del dueto Entre Cantos. En música regalan el pez y enseñan a pescar. Tampoco se quedan con nada para ellas. Por todo lo anterior, gracias, Ibagué, por la música recibida.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015