Martha Luz Páez Cala * marthapaez315@yahoo.es

El vínculo de pareja no viene dado, se construye en la interacción cotidiana. Es una labor en la que participan los dos integrantes de la pareja, donde usualmente cada uno -de manera intencionada o no- tiende a repetir los estilos de interacción vividos en su hogar de origen. Es importante ser consciente de esa historia, de ese modelo, para asumir el mando del proyecto de vida en pareja que se desea forjar.

Es frecuente que algunas personas recuerden con tristeza, dolor y hasta resentimiento episodios vividos en su hogar, que no desean repetir, pero que de manera paradójica se reproducen en su vida actual. Cuando no se ha asimilado esa historia y el enfado invade la razón, es frecuente que se repitan algunos episodios dolorosos vividos en la familia de origen, no porque sea inevitable, sino porque la persona está más atada a su pasado que a un presente liberador y a un futuro con esperanzas.

La pareja, más que la unión de dos personas, es la integración de dos familias, de esas historias vividas, de esos aprendizajes y sueños que cada uno aporta a la unión. De allí la importancia de preguntarse: ¿qué quiero repetir de mi historia familiar con mi pareja?, ¿qué deseo cambiar y cómo lograrlo?. Y más importante aún, que ambos aprendan a escucharse, a sí mismo y al otro, a apoyarse y a conciliar, a desandar lo andado cuando se requiere.

Ahora se trata de un horizonte compartido. Si el pasado no puede modificarse, el presente puede transformarse en un oasis de serenidad y ayuda mutua, para forjar un futuro esperanzador, donde los sueños y anhelos se cristalicen.

* Docente de la Universidad de Manizales.