Aunque el inicio de la Liga está distante, e incierto, Once Caldas retornó a entrenamientos con 5 bajas, sin refuerzos confirmados, con nuevo gerente, y en manos de los mismos.
Eduardo Lara al frente de un cuerpo técnico que -a diferencia del semestre anterior- ahora tendrá tiempo suficiente para implantar un proyecto deportivo confiable, y de resultados.
De su gestión dependerá la calidad de las incorporaciones, acordes con los requerimientos tras el diagnóstico que dejó su floja campaña, por más más que haya querido maquillarlo. Con carácter y decisión frente a los dueños, con claridad sobre las opciones en el mercado que se acomoden al bajo presupuesto, y con el afán de montar una verdadera idea de juego.
Lo dijo la española Ana Montañana de Los Sabios de baloncesto: "Mi objetivo como entrenadora es sacar el mayor rendimiento de lo que tengo. A donde no lleguemos con individualidades, tenemos que llegar como equipo".
Legítimo mensaje -con tintes de lección- de alguien con amplia trayectoria, y quien precisamente está sufriendo los rigores del tenerse que ajustar a la precaria situación económica de un quinteto sin apoyo, y armado sobre la marcha.
Palabras más, que en Once Caldas se observe un planteamiento que supere las adversidades de la nómina, con cifras y protagonismo dignos con el palmarés de la escuadra.
Lara tendrá que ser menos conformista, más asertivo en sus determinaciones, y con mayores preocupaciones para ir corrigiendo y construyendo con señales ciertas de progreso. Problema que están viviendo casi todos nuestros conjuntos, al punto de que no damos pie con la bola en el concierto internacional poniendo en entredicho la capacidad de los guías, hoy punto neurálgico al tratar de justificar el mezquino producido.
En Once Caldas ninguno de los que abandonaron hizo hueco, y quienes arriben tendrán la misión de ofrecer ese plus de categoría para que el capítulo de desdicha no se repita.
Es el momento de aglutinar fuerzas, de concretar políticas comunes con la hinchada, de acercamiento, de bajarse del pedestal, de procurar las ayudas que en términos correctos pueden cosechar, y de respetar la prensa.
También salió Neys Nieto, sobre quien cargaron tintas desde todos los ángulos achacándole a veces responsabilidades que ni le correspondían.
Designaron en su remplazo al argentino Fernando Dortti, un exasistente de Javier Torrente, cautivado por la ciudad al enamorarse de una linda manizaleña, con hijo nacido en esta tierra, y lo más importante, con el mundo del fútbol en la cabeza.
Lo considero una buena elección, y creo conocerlo en ese aspecto profesional porque fueron varias las tertulias cuando nos acompañó un par de años como analista en la mesa de Siempre Fútbol, espacio de televisión por Telecafé.
Hombre de ideas, sapiente en estrategias deportivas, con personalidad, que como cualquiera otro empleado necesitará confianza y libertad para hacer y proponer, sacando provecho de su experiencia que va más allá de las fronteras.
Procurar un ambiente sano para Once Caldas, con mentalidad ganadora, orden, compromiso, y respeto por los colores de la institución y su entorno, sería un primer gran paso.
Hasta la próxima...
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