Mario César Otálvaro

@macotal

Inentendible que haya quienes miren mal el VAR como herramienta cuando debían era oponerse a las injusticias en el fútbol producto del error humano.

Que falte capacitación, que de pronto haya jueces acomodados -con intereses oscuros- es otra cosa, y es cuestión de detectarlos, y depurar.

Cómo puede ser que un gol con la validez del que marcó Juan David Pérez -minutos 42- lo anule el árbitro Mario Herrera por un banderazo equivocado de un asistente de línea.

Eso en el siglo pasado cuando no había tecnología, pero hoy es absurdo y odioso que un equipo se perjudique por acciones que derivan de decisiones que se pueden corregir.

Inclusive para el mismo periodismo; volvimos a transmitir desde el Palogrande sin el recurso de la televisión, y a veces es difícil apreciar esas jugadas.

Total, nada al azar, el aprovechamiento de medios en aras de lo real no tiene discusión, como tampoco la integridad y el discernimiento de quienes aplican las leyes.

Qué viva el VAR, con jueces honestos, idóneos y conocedores de su manejo, y que el fútbol –al igual que otros deportes– no se afecte por irresponsabilidad, o por ignorancia.

En lo futbolístico, y con el significativo regreso del público al Palogrande, perdió Once Caldas, y en el aire quedó la sensación de una enorme superioridad táctica del rival.

Tiempo de trabajo bien aprovechado, un estratega en la raya, y canteranos de nivel -llenos de confianza - mostró Alberto Gamero, quien triunfó con méritos.

Pálida presentación de Once Caldas que no alcanza aún a perfeccionar su esquema de juego, y que carece de peso ofensivo, y de recuperación en zona de volantes.

Van 4 fechas, incluida Copa con Medellín, sin que se note ese cambio fundamental que deben ofrecer las vinculaciones, y la continuidad del proceso liderado por Lara.

Con el agravante de un estado clínico preocupante, 9 jugadores han sufrido los rigores del acondicionamiento, y quien sale lesionado, tarda en regresar. ¿Exageradas labores físicas?

Otálvaro, Giraldo y Angulo, ausentes contra Millonarios, Higuita y Micolta no han jugado, Yoiver y Balanta resentidos en un mismo duelo, y Mejía y Viáfara están de baja.

A ello se suman quienes no dan la talla, con interrogantes acerca de cómo se potencializan en las prácticas de semana, o si son condiciones desgastadas por el tiempo.

Demasiado temprano para estar hablando de deficiencias y problemas en un equipo que tuvo sesiones de campo por casi por 3 meses, y muchos refuerzos que -salvo 2 o 3- llegaron con tiempo. Inclusive el arribo de Marco Pérez es un fuerte golpe de opinión.

Se viene el Medellín después del 1-1 en el Atanasio Girardot por Copa Betplay, y América el sábado en el Pascual Guerrero por Liga, buscando una recuperación plena, entendiendo que el flojo balance de la anterior campaña exige respuestas inmediatas.

P.D.: La grandeza de un deportista no se mide por una competencia. Gloria eterna a Catherine Ibargüen, la mejor atleta nacional de todos los tiempos. Y adoración sin límites por la leyenda Mariana Pajón, sus pedalazos, su sonrisa, su espíritu guerrero, son el reflejo del país que soñamos. Mujeres de admirar, por siempre…

Hasta la próxima...