Mario César Otálvaro
@macotal
Cuando los valores se trastocan, se tergiversan las ideas, o se cambian los intereses, las respuestas desaparecen, y se abre paso el importaculismo. El término define la capacidad de restar categoría a lo que no lo merece, ni requiere, para enfocarse en aquello que sí.
Todo apunta a que ganar no es prioridad en Once Caldas, y que con promover jugadores, o acercarlos a la selección para valorizarlos, el técnico cumple su cuota. Bodhert manifestó que hay órdenes en ese sentido, y que por tal motivo se siente tranquilo porque los objetivos se están logrando.
Sin menospreciar la palabra resultados, utilizó esos factores distractores para el hincha -de total aceptación en el caso de los dueños- para justificar la floja campaña. Hay entrenador para rato -me decía un amigo- pues teniendo a Guzmán, Lemos, Mender, Carbonero o Carreazo en proyección, el trabajo está hecho.
Me resisto a pensar que de esa manera sienta realizada su labor, conformismo dañino, que quizá alimente su espíritu, así no trascienda el alma del aficionado.
No duele estar por fuera de los 8, ni la reprobación el primer semestre, o quedar eliminado de suramericana y Copa Águila, si el pedido de los patrones está al día.
Cada quien es dueño de sus acciones, lo discutible es cuando perturban los deseos de una afición que con otros técnicos, y en etapas más difíciles, celebró campeonatos.
Cuestión también de prestigio, exceptuando que no le concierna y quede satisfecho con hacer lo que le mandan acomodándose a las circunstancias para conservar el puesto. Total, los números a segundo plano, la historia del club se minimiza, la gloria personal se aplaza, y Once Caldas termina como uno más en la liga.
Títulos de columnas anteriores escritas por este periodista han mortificado a los dueños del equipo, ‘Otro Envigado’ (17.01.16) y ‘Frotando las manos’ (04.08.19). Para verdades el tiempo, la tarea de los naranja es fortalecer divisiones menores, propósito actual del blanco, con intención de venta para salvar la temporada.
Congraciarse por tener cómo, y a quienes poner en el mercado, produce igualmente un sentimiento de alegría como para juntar las palmas y aplaudir. Y ojo que es válido que quien invierte reclame ganancias, nadie lo hace para perder, y menos sabiendo las urgencias derivadas de las discretas actuaciones deportivas.
Siendo necesario si, revisar las formas y los procedimientos, no sacando ventaja a cualquier monto, y menos jugando con la pasión de los seguidores.
Once Caldas tiene para ser competitivo en el torneo, y se está negando la oportunidad por decisiones erradas desde el banco, y en ocasiones por asuntos de trabajo. Variables arriba hay pocas, se dejan al rebusque de los delanteros, la idea de juego se tornó predecible, y esto conlleva inseguridad en el campo.
Falta autocrítica, las culpas recaen sobre la juventud de los atacantes, o en la actitud del plantel, sin asumir responsabilidades de dirección.
Lo cierto es que se recompone, se mejora el andar, se mete de protagonista, o la era Bodhert pasará a la historia sin gloria, y su permanencia aquí superará el interés común.
Hasta la próxima...
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