Mario César Otálvaro
@macotal
Se cumplen hoy 49 días desde que Once Caldas quedó eliminado, y faltan 21 para que se reinicie el torneo, cuya primera fecha está prevista para el 14 de julio.
Más de 2 meses sin el fútbol del blanco, tiempo extenso de inactividad competitiva, lucro cesante para el club, parálisis de la economía en torno al negocio, y cero espectáculo para los hinchas.
Horas largas al frente del televisor viendo como otros disfrutaron la fiesta, y espacio para la selección Colombia, que con aire renovador transmite ricas sensaciones.
Tarea compleja repetir los logros con Pékerman -2 mundiales, quintos en Brasil 2014- inclinados a pensar que el recurso humano sigue vigente, y que hay piezas de recambio.
Carlos Queiróz se radicó en el país y asiste a los estadios -hechos que marcan diferencia frente al antecesor- y hasta el momento su nombramiento pulsa como el mayor acierto.
Un seleccionador cercano, una estrategia más atrevida, jugadores que se entienden, y la ilusión siempre de que la tricolor luzca en la cúspide sobre sus pares del continente. Ojalá crucemos la meta del último partido en el Maracaná, y empecemos una nueva historia por encima de los problemas dirigenciales, y de la baja calidad de nuestra liga.
Jarlan Barrera fue anunciado como el gran refuerzo de Nacional, en tanto que Medellín presentó a Andrés Felipe Cadavid como apuesta para la defensa. Ambos vienen de fracasar en Argentina, lo que de cierta forma traduce la estrechez del mercado, que en el ámbito local soporta el reciclaje, con nombres poco atractivos, para más de lo mismo.
Esto no obsta para reclamar acciones efectivas, llenas de convicción y con conocimiento a la hora de contratar, que han faltado en el Once Caldas. Ha tenido 49 días para armarse, receso desaprovechado al tenor de las vinculaciones de Erick Montaño, y la fracasada de Carlos Sinisterra, un engaño total, vergonzoso.
2 nombres sin peso, promocionados por mercaderes del deporte, más preocupante el segundo porque involucra deshonestidad, y abuso de confianza hacia el presidente. Valdría la pena establecer el detrás de este proceso que huele mal, con inescrupulosos al acecho, y todo apunta a que con puertas abiertas no se sabe por quién.
Del Bodhert superactivo a comienzos de año, que buscó, gestionó y contrató, no queda más que un entrenador sujeto a lo que le den, y al parecer, sin volumen de maniobra. O peor aún, víctima -o cómplice- de los empresarios, o de su entorno, o de jefes que le perdieron la fe, en un medio donde la información es escasa. El gerente deportivo, Neys Nieto, no habla, está permitiendo que le caiga agua sucia, y ese silencio lo compromete.
Se fue Herney Duque, decisión administrativa -no señalaron motivos- por lo que solo podemos calificarla de lamentable, a sabiendas de la capacidad, la entrega y el profesionalismo del técnico manizaleño.
Pero las vibraciones son extrañas, se incumple lo dicho, las 5 caras nuevas prometidas en boletín oficial no aparecen cuando suponían una verdadera inyección sobre las necesidades.
Se vendrán Liga y Copa de forma simultánea en breve lapso, y la nómina no alcanza, teniendo de entrada un plantel con 11 titulares para responder, que no quiere decir que sea suficiente.
Serán 5 meses con intensidad en la programación, sin tregua, pero han descansado demasiado para que después no salgan con el cuento de que están cansados.
Hasta la próxima...
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