Mario César Otálvaro
Dejó entrever el técnico Bodhert tras su eliminación en el torneo del primer semestre que había llegado hasta donde las herramientas se lo permitieron. Han pasado 56 días desde aquella tarde aciaga en Santa Marta, y Once Caldas en vez de sumar, resta, pues salieron 7 jugadores sin que llegue ningún refuerzo trascendente.
Casi 2 meses sin gestión, y por el contrario, un recorte fuerte de nómina, necesario entre otras para abrir plazas que aún no se llenan, sin comprenderse el por qué. Finalizada la Liga, un comunicado oficial del club daba cuenta de que serían 5 vinculaciones para posiciones definidas, y que se avanzaba en ese sentido.
Pues la verdad, demasiado tiempo para no haber hecho nada, cuando fueron ellos quienes trazaron esa directiva, sembrando dudas acerca de los objetivos reales del equipo. Con promesas falsas de por medio -al tenor de los comunicados- y una apuesta fundamentada al parecer en la proyección de nuevas unidades, más que en el afán de competir. Rara forma de orientar una institución que se debe al público, que genera millonadas por concepto de televisión, y cuyo negocio es rentable si se planea con apetito.
Aquí, poco de eso; sí un presidente inabordable -que no escucha- un técnico que se tuvo que conformar, y un gerente silencioso. Nada de cariño con la ciudad, mientras que a los hinchas se les invita para que compren el abono, pidiendo inclusive que se superen los 7.300 que hubo hasta mayo. Y después dirán que se sienten solos, que el público no apoya -caballito de batalla- cuando debe ser un toma y dame, en el que no asumen contraprestación alguna.
Vivimos a la caza de un nombre que hayan contactado, sin encontrarlo, sobrando las excusas -siempre las mismas- de que no hay plata, y todos son caros para el Once Caldas.
El detonante fue Juan Pablo Nieto, de quien garantizaron su permanencia si no iba al exterior, quedando igualmente descartado porque no hubo arreglo con Nacional.
No es justo con un club grande que este lunes festejará 15 años de haber sido campeón de la Copa Libertadores, con 4 estrellas nacionales, y una rica historia para contar.
Qué pena tanta indolencia o desinterés, o ese apostarle a lo que salga, y no poder ver un Once Caldas ambicioso producto de su organización, su administración y sus resultados.
Con qué cara pueden exigirlo, que discurso puede ofrecer Bodhert, sometido a los designios de sus jefes, y hacia dónde va el crecimiento de la institución.
Carece de presentación que a marchas forzadas se intenten los refuerzos, y triste el mensaje desde la presidencia, dando a entender que es su dinero y lo demás no importa.
Lo simpático es que sí por falta de herramientas no su pudo en el campeonato anterior, cómo lo van a hacer ahora con menos, y un plantel indudablemente corto.
Hay una base insuficiente -11 titulares y 5 suplentes- y 2 torneos en un solo semestre. Ni en los peores momentos hubo la desidia que se advierte en el Once Caldas actual.
P.D. Las campañas publicitarias en taxis, prensa, vallas y eucoles a comienzos de año fueron con la imagen de Bodhert. Hoy el técnico se nota debilitado, y es el primer llamado a recuperar prestigio, credibilidad y respeto entre los hinchas del Once Caldas. La vida es una tómbola, acostumbrada decir Edgar Artunduaga, el periodista huilense fallecido esta semana.
Hasta la próxima...
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