Mario César Otálvaro
@macotal
La culpa del fracaso de Once Caldas tiene nombre propio, Eduardo Lara, pero es simplista quedarse ahí porque el problema de fondo tiene que ver con sus directrices.
Traen técnicos sin detenerse en necesidades, propósitos y estilo, con una política errada de vincular jugadores en cantidades cada semestre, sin reparar el producto.
La prueba está en que llegaron 11 futbolistas, y hoy en esta pobre versión de Once Caldas le tiran la carga a Nelson Quiñones, un ‘pelao’ de 18 años que vino a probarse.
Esfuerzo valorado de los dueños, con criterio discutible, o cómo explicar por ejemplo el retorno de Cuero y Micolta, quienes evidentemente están sin fútbol.
Otros con pasado, caso Angulo, Higuita, Palacios, Juan David Pérez, no registran actualidad, ni síntomas de crecimiento. A Messiniti le han negado un sistema que lo beneficie.
O será que dentro de las limitantes de Lara no los supo explotar, y de pronto ahora con la salida del entrenador opera la magia, y rinden. En un panorama optimista tienen con qué, para no descalificar del todo 11 nombres que suponen un cambio radical.
Los marcadores, Santiago Roa, con juego simple, y Nicolás Giraldo, un buen lateral izquierdo, y el centro atacante Marco Pérez, se salvan de la debacle, y de pronto Buschiazzo.
Total, esa intención al firmar tantos refuerzos –fue el Club con más contrataciones– debe tener respuesta distinta al infamante puesto secundario que ocupa en la tabla.
Ideal buscar un técnico a quien le planteen la nómina y diga que es capaz, sin abrirle margen para que mañana –ante una eventual eliminación– se escampe en que no fue su grupo, tal como hizo Lara al finalizar el primer campeonato.
Y por Dios, monten un proyecto para las fichas que poseen, es la manera de establecer algo confiable en el entendido de que están a tiempo, con 15 fechas suficientes para clasificar.
La campaña es ridícula, el técnico se va con un rendimiento del 29% en la temporada, y 26 en la campaña del segundo semestre, peor que todos, que Maturana, que Bodhert.
Y añádanle 4 fechas continuas perdiendo, 3 en Palogrande, derrota en el clásico con Pereira, 3 juegos de Liga sin marcar, y cero esquema, con individualidades que no lucen.
Largas innecesarias aguantando un trabajo sin estructura, y con jugadores cómodos, a quienes se les debe llamar la atención, no vaya a ser que se protejan bajo el manto de la debilidad de su cabeza, siendo igualmente responsables del caos.
Una mala escogencia, y sostenerse en el error tienen al Once Caldas en el abismo; volverse a equivocar será funesto para una administración sin logros en lo deportivo.
Ya en redes empezó la especulación, Javier Torrente, por su amistad con Fernando Dortti, Diego Corredor porque está desocupado, y Beto Sierra o ‘Piscis’ Restrepo, promocionados por la prensa paisa. Lo importante es acertar, ya son demasiadas torpezas juntas.
La verdad, está reducido Once Caldas a una expresión mínima por sus fallidos intentos en materia de conductores, y por el manejo emocional de sus propietarios.
No hay otra, e insisto, primero el proyecto, segundo, quien lo desarrolle, y tercero, exigencia inmediata, no hay mañana, invirtieron, y con el plantel que cuentan se puede hacer un torneo digno, e ir más allá.
Hasta la próxima...
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