Mario César Otálvaro
@macotal
"Nada en la vida es completo" suelen decir los mayores dentro de esa filosofía popular que los convierte en sabios con frases comunes extraídas de la realidad cotidiana.
A Carlos Queiróz se le ve como "mosco en leche" en una selección que le quedó grande -o pequeña- y es un hecho que su manera de trabajar no conecta con la idiosincrasia nuestra.
"Lo bailao nadie se lo quita" negar sus credenciales -Real Madrid, Manchester United, clasificaciones mundialistas- es una estupidez, pero no es el técnico para Colombia.
Darle largas es aumentar el problema; lo práctico, ´cortar por lo sano’ intentando encontrar alguien que supla la ausencia de estrellas con una labor de base que garantice resultados. Tenemos buenos jugadores, no luminarias -salvo James, de opaco presente con la camiseta nacional- y hay que montar un plantel solidario, que eleve el contenido grupal.
Dice el destacado columnista Jorge Barraza: "Colombia necesita un técnico que esté buscando un desafío, cuyo perfil sea fútbol ofensivo, intensidad física y mucho trabajo".
Características que reúne en su totalidad Juan Carlos Osorio -el más competente- debilitado por sus recientes actuaciones salidas de tono que han menoscabado su prestigio.
Tanto, que las encuestas no le favorecen, y que inclusive sé, este comentario molesta a algunos de quienes leen estas líneas, y que lo descalifican como opción.
Tampoco le aporta su abrupta renuncia a la selección Paraguaya, ni que lo hayan despedido de Nacional, que no anula su formación, ni sus conocimientos, ni su liderazgo.
Es mi candidato, consciente de que debe ayudarse, aterrizar, no creerse el inventor del fútbol, y dedicarse a lo que sabe y hace muy bien: trabajar.
Osorio potencializa sus unidades, es innovador en sus planteamientos, cuenta con experiencia mundialista, y su gran obsesión es dirigir el combinado tricolor.
Igual, debería replantear sus posturas; ni su cercanía con la prensa, ni sus locuras tácticas, ni su terquedad con rasgos de soberbia, son sus mejores cartas de presentación.
Lo cierto es que cualquiera que llegue al cargo tendrá reparos, y yo sí prefiero un entrenador colombiano con recorrido -Osorio- que otro extranjero, por muy Queiróz que sea.
Sobre Once Caldas, solo mañana -cuando se tenía previsto el arranque de la Liguilla de perdedores- se celebrará la Asamblea que decidirá la suerte de Cúcuta, y del torneo.
Desorden, lentitud en la toma de decisiones, y la Dimayor que no ayuda en este caos que envuelve el fútbol colombiano, sin gestión en sus áreas de producción.
Transferir el mando, acertar en la escogencia del remplazo de Bodhert, y buscar refuerzos, son los pasos a seguir, en un modelo de equipo que urge cambios sustanciales.
Hablan de un extranjero, experiencia poco seductora por los fracasos de Lisi, Torrente y Hoyos, los de este milenio, en el que los triunfadores fueron Montoya, Álvarez y Osorio.
10 futbolistas finalizarán contrato, Gómez, Correa, Julio, Payares, Elvis, Galli, Rojas, Dayro, Cardona y Ovelar, y de ellos 3 o 4 hicieron méritos para continuar, los otros para irse.
Hasta la próxima…
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