Mario César Otálvaro
@macotal
¿De qué vale hacer la mayor cantidad de puntos, ser el mejor del campeonato, si no hay incentivos para llegar a la final? ¿De qué sirve contratar buenos jugadores, si en los partidos decisivos no se pueden utilizar? ¿Para qué tener un cómodo y funcional estadio, si el que no lo tiene impone el horario y hay que sujetarse a sus condiciones?
Estos interrogantes planteados por Antonio Casale, periodista deportivo -hincha declarado de Millonarios- siembran dudas acerca de la seriedad de nuestra Liga.
A comienzos de año una ‘genialidad’ directiva optó por cambiar goles por campaña en casos de empate en puntos. Tolima hizo 44, sin embargo el finalista es Junior que hizo 42, por un tanto de diferencia.
Igualmente, y sin considerar Copa América, esa misma Asamblea decidió acabar la eliminación directa y volver a los cuadrangulares, por eso todavía se juega estando concentrada la selección.
En tal virtud, Millonarios no pudo contar con Fariñez, ni Cali con Vargas, ni Tolima con Montero, amén de que Junior perdió al alero Luis Díaz, una de sus estrellas.
Con relación al último partido, Pasto tendrá que programarlo en campo extraño -dando ventajas- porque Ipiales no brinda garantías de público, ni para la televisión.
Otros gazapos de una clase dirigencial caduca, que reclama renovación, so pena de que el fútbol colombiano se siga hundiendo como ya sucedió en las Copas internacionales.
Para completar, una Sub-20 llena de limitaciones -con más ganas que fútbol- que creyó que con 45 minutos interesantes contra Nueva Zelanda y mucho de suerte desde los 12 pasos, iba a seguir de largo en el mundial de Polonia.
Pues nada, Ucrania la sacó en cuartos, y como representan el futuro, grave porque muy pocos levantan la mano, quizá los centrales Cuesta y Reyes, y el delantero Sinisterra.
Desolador panorama, confiando ahora que la selección grande -con Queiróz al frente- dignifique un poco ese mancillado prestigio, y mejore la imagen porque vamos de espaldas hacia el estanco.
Sobre Once Caldas, más bajas que altas, se fue Edwin Velasco, y anunciaron con bombos un muchacho Erick Montaño -no lo conozco- quien según manifiesta actúa como volante de marca.
Se esperan los refuerzos, mínimo 5 como lo señalaron en un boletín de prensa, que cubran ciertamente las deficiencias y motiven el interés del hincha.
Se tiene la ventaja del retorno de David Lemos, y me atrevería a pensar que Carbonero empieza a marcar una posibilidad importante con la experiencia del mundial juvenil.
No fue titular, pero las veces que apareció se notó fuerte, le pegó a puerta y marcó algún desequilibrio, es cuestión de trabajarlo, particularmente en definición y profundidad. Y si a mí concerniera, traería a Alexis Henríquez porque pienso que todavía tiene fútbol y aportaría liderazgo -no terminó bien en Nacional- más, viendo a Sebastián Palma, apenas en etapa de crecimiento y aprendizaje.
Los abonos en términos muy favorables salieron al mercado, y ahora que anuncien los artistas para dejar servido el espectáculo.
P.D.: Júbilo por el encargo al Eje Cafetero para la realización de los Juegos Nacionales 2023. Supone inversión, infraestructura, desarrollo, empleo, y fuerte impulso a la RAP - Región Administrativa de Planificación- esa excelente iniciativa para fortalecernos como bloque. Juntos somos más. ¡Qué orgullo!
Hasta la próxima...
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