Mario César Otálvaro
@macotal
Después de la fecha 10, cuando derrotó 2-0 a Nacional, Once Caldas era segundo en la tabla detrás del Tolima con 18 puntos, faltándole por jugar 30, una vuelta completa de la Liga. Bastaba un rendimiento sin mayores exigencias del 40% para alcanzar el objetivo. Cumplidas 17 jornadas está noveno porque de las últimas 21 unidades solo logró 7 (30%).
Pésimo balance estadístico, más, considerando los rivales -todos del puesto 10 para atrás- lo que invita a una reflexión madura acerca de las razones de este descalabro.
La nómina es buena, y con alternativas, no tanto el trabajo del técnico, con visibles carencias desde lo estratégico. Sus cambios regularmente desdibujan al equipo en la complementaria. Frente al Medellín, si Rodríguez tenía inconvenientes, el sustituto natural era Guzmán, estaba ganando y no había porque descomponer la figura. Sin embargo, metió a Lemos.
Luego tuvo que recomponer sacrificando a Hernández -eje y nexo con los atacantes- y remató ingresando a Dayro a los 87 ¡3 minutos! teniendo la urgencia del resultado.
Hace poco contra Envigado, necesitando un tercer gol para igualar la serie, mandó al campo a Alejandro García -había otros experimentados en el banco- y a los 20 minutos lo excluyó.
En cada partido sus lecturas extrañas terminan afectando el producido. Antes, el lío eran los goles en la primera media hora de juego, ahora el terror son los segundos tiempos.
La pregunta es cómo regular el contenido para garantizar una clasificación que depende de sus recursos -insisto, Once Caldas tiene con qué- y que peleará con Equidad.
Creo que los 7 de arriba no cederán, y que habrá lucha directa por la octava plaza con los bogotanos -que son irregulares- siendo superior el conjunto manizaleño.
Se vienen Cali, Pasto y Tolima -los primeros en la tabla- en clásicas finales, y es contra ellos que habrá que aspirar al cupo forzado por las circunstancias ¡no hay remedio!
Llegó el momento de salvar al Club, si con el actual entrenador no se puede, planteen opciones, pero no dejen que esa tendencia actual se traduzca en una nueva eliminación.
El Once Caldas está por encima de las personas -no es casa de beneficencia- se debe a un público independiente de su condición como empresa particular, y tiene como llegar.
Si Nacional, la institución más grande del país, con el orientador más capacitado, dio un timonazo a 3 jornadas de concluir el torneo, por qué no el Once Caldas.
Los temores, la falta de ambición, y el no tomar decisiones, pueden marginarlo de los 8, y ese costo es demasiado alto por las implicaciones económicas, y de competencia.
Capítulo aparte la pérdida en el escritorio frente al Pereira que hoy lo saca de carrera, y la humillación en primera ronda de la Copa Betplay ante un plantel sub-20 de Envigado.
Son la tapa de una gestión irremediablemente mala, sin una sonrisa luego de cinco semestres, y sin un norte porque no hay una estructura de juego que soporte la nómina.
P.D.: Un buen técnico como Osorio pierde el puesto en Nacional por una mala racha; uno discreto como el de Once Caldas conserva el suyo a pesar de su larga colección de fracasos, 8 en 3 años de labores en Manizales.
Hasta la próxima...
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