Mario César Otálvaro
@macotal
Está tan claro el diagnóstico de Once Caldas, que a falta de cinco fechas de la Liga, se sobrevaloró el sufrido triunfo sobre La Equidad, porque ahora lo único importante es sumar, como sea.
A tal grado de resignación se ha llegado, que la apuesta - ya eliminado- es tratar de superar los 17 puntos del primer torneo, echándose bendiciones por un cambio a futuro.
No se trata de aplaudir, pero los silbidos cada vez que sus jugadores tomaron la pelota fueron la manera de hacer sentir la indignación por la mediocridad de la institución.
Expresión colectiva de inconformismo por la gestión directiva, las pésimas contrataciones, los números, la ubicación en la tabla, la falta de juego, y muchas cosas más.
El estadio es el sitio para protestar, no el entrenamiento, lugar íntimo de trabajo, y menos cuando se meten a provocar, como lo hizo uno de los integrantes de Holocausto.
Lo mismo que con los técnicos, seguro de que Lara y Bodhert no hubieran soportado la presión de la tribuna con sus escuadras que no ofrecían nada. Los salvó la pandemia.
Victoria, al estilo de la obtenida en Pasto, regalando iniciativa, campo y balón, y aguantando en defensa con línea de cinco, y bloques en territorio propio.
Valiosa, sobre ese esquema puntual de marca, que al instante es lo de menos por su carácter de imperativa, pero que igual, admite consideraciones.
Una de ellas, la formación con los mismos, repitiendo por ejemplo a Ménder García como punta, sin goles ni tiros al arco, a sabiendas de que está enemistado con el esférico.
Las variantes Cuero y Micolta por encima de opciones aparentemente superiores como Estacio, Quiñones, o Alejandro García, tristemente marginado de las convocatorias.
Las divisiones menores, que no existen. ¿Dónde están los juveniles? ¿Qué se está haciendo abajo? ¿A quiénes acercaron? O si han visto la sub-21 de Caldas, campeona nacional.
Con relación al planteamiento, segundo triunfo de Corredor, y ambos sosteniendo la ventaja cerrándose atrás. Válido por supuesto, pero había pregonado otras formas en su idea de juego.
Hubo un tercer partido, contra Medellín, que comenzó ganando con gol de Micolta, también se recostó, y luego lo llenaron, terminó 1-3 por jugar al filo de la navaja.
Habría que entenderlo desde las debilidades ofensivas, las condiciones de la nómina, y las necesidades, y ciertamente que ahora el deber es cargar puntos.
Dentro de lo positivo, la capitanía recuperada por Gerardo Ortiz, maltratado en ocasiones por errores comunes en los porteros, y de nuevo consolidado. Tiene sentido de pertenencia.
Clave, a pesar de las cinco jornadas por disputar, y sin descuidarlas, proyectar lo que viene sobre hechos concretos, reales, y con nombres que produzcan, made in Corredor.
Dicen que ya le prometieron, y que el técnico tiene un listado con refuerzos a su gusto, que ojala evalúe un comité asesor, para evitar lo ocurrido con Eduardo Lara y la vinculación de
los doce que llegaron y defraudaron en este campeonato.
P.D.: La del Pereira es la mejor muestra de entrega, actitud y respeto por la profesión. Una campaña a punta de corazón para quedarse en la máxima categoría, e intentar semifinal de liga y cupo a torneo internacional. Definitivamente es aquí, donde algo está fallando.
Hasta la próxima...
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015