Mario César Otálvaro
@macotal
Una palabra de siete letras faltó en la carta que dio por terminado el contrato de Juan Carlos Henao con Once Caldas.
Escuetamente le anunciaron su salida al reintegrarse a labores el 2 de enero, igual que como despidieron a Salcedo o Lizarazo, es decir, uno más en la lista de inservibles.
Claro que lo pueden echar, las empresas están en el libre derecho de escoger sus trabajadores, pero hay formas, y el ídolo más grande del título de Copa merecía un trato distinto.
Un plomazo a la historia, patada en el trasero a una gloria de la institución, sin responsables directos aunque es fácil deducir de donde procede la determinación.
Van 3 temporadas con fallas en planificación, lectura del juego, elaboración, estrategia, pelota quieta, gol, entre otros, y resulta que el problema era el preparador de arqueros.
El principio de Peter habla de niveles de incompetencia, y en Once Caldas debe revisarse el trabajo de campo porque al parecer fastidian quienes tengan liderazgo, o se atrevan a pensar. Herney Duque, Diego Arias, Elkin Soto, Alexis Henríquez -solución práctica ante la baja de Payares- no tienen cabida en el régimen actual.
Por eso desde estas líneas ¡Gracias Henao! la emoción de sus atajadas con ese buzo rojo aquel 1 de julio de 2004 es de lo mejor que nos pasó en la vida.
Gracias, no era más, 7 letras pegadas que olvidaron en el frio documento con el que ignoraron su condición de leyenda.
En menos de 2 semanas arrancará la liga, y las cosas hay que decirlas, una vez más los dueños hicieron el esfuerzo y pusieron el balón en zonas del director técnico. Plantel normal para el torneo local, donde exceptuando a Junior y América, el resto se movieron sobre el terreno deleznable que es nuestro fútbol.
La contratación de Roberto Ovelar fue un golpe de opinión. Proclive a las lesiones, de su suerte en ese sentido dependerá el éxito de su tarea. Es media punta, no gran artillero, y sigo creyendo que en Ménder y Lemos el equipo tiene los goleadores que necesita, si les dan continuidad, confianza, y los saben orientar.
Sebastián Hernández es intermitente como los 10 de acá, pero conoce el medio y llega cargado de años y experiencia. Pablo Rojas suma, no lo veo superior a Carbonero, ni a Carreazo, a quienes también hay que consolidar este campeonato; y el uruguayo Jhony Galli es un tiro al aire.
A Luis Payares lo anunciaron hace 2 meses, y apenas ahora constatan su lesión, práctica repetida que reniega de la parte médica.
Conclusión, jugadores con buen nombre y discreto presente que deben recuperar su nivel, y que completan una nómina justa, con alternativas para cada puesto de arriba.
Faltando un volante de marca ante la ida de Harlin y Serje, y un central de mayor recorrido, sin que esté mal que Palma, Julio, o Cardona, levanten la mano.
Lo curioso es que el técnico en recientes declaraciones señaló que de ser posible traería otro delantero, o un extremo, cuando en realidad sobran.
También dijo que 2019 no había sido un año malo (sic) increpando al reportero bajo el argumento de que solo miraba lo negativo. Pregunta: ¿hubo algo bueno?
Equipo para el medio hay, el público respondió con los abonos, el ambiente crece y el interés se manifiesta, confiando en que no se frustre por los errores desde el banco.
Hasta la próxima...
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