Un conformismo que raya en mediocridad supuso la apertura de la fase de grupos de la Copa Libertadores para el fútbol colombiano.
Las derrotas de Medellín, América y Junior -grandes e históricos- desnudaron la triste realidad de nuestros clubes en su cuarto año consecutivo sin mayores expectativas.
En 2016 -no hace mucho- Nacional fue campeón, y una temporada antes Santa fe había coronado suramericana, lo que se hunde en el olvido frente a los resultados recientes.
‘Junior hizo lo que pudo’ tituló un diario con dejo de resignación. ‘América cayó ante un Gremio superior’, y ‘Medellín cedió’ y Libertad rompió una racha de una década sin triunfos paraguayos en Colombia.
En los tres casos, cumplido el primer cuarto de hora, ya estaban abajo en el marcador y en ninguno pudieron dar vuelta, ni estuvieron cerca de lograrlo.
Preocupante para la quinta liga del mundo (sic), y mal antecedente para la eliminatoria rumbo a Catar porque los augurios en ese sentido tampoco son positivos. Peor sin James, aunque estoy del lado de quienes creen urgente traerlo y ponerlo.
Y acaba de suceder con la Sub-23, sin cupo para los Olímpicos tras el clasificatorio realizado en el país, con muchas dudas en torno a la calidad del plantel y sus manejadores.
Dirigentes dueños de clubes que anteponen sus intereses personales, futbolistas bonachones, y entrenadores poco preparados, amalgaman los fracasos.
Cabe la posibilidad de que la situación se revierta, con la sensación de estar lejos de las potencias Brasil y Argentina que parecieran reservarse el derecho para ganarla.
Tanto es así que estando en Libertadores, ya algunos apuntan a la Suramericana como opción, evento al que caerán si terminan terceros en sus series. ¡Increíble!
Excesivo respeto por los rivales, o complejo de inferioridad, lo que valora mucho más el título de Once Caldas 2004, nada menos que frente a Santos, Sao Paulo y Boca Juniors.
Eran poderosos -igual que hoy- y sin embargo los dirigidos por Luis Fernando Montoya no se amilanaron, y a punta de casta, corazón y vergüenza tocaron la gloria.
Orgullo haberlo vivido, acrecentado con el panorama actual, en el que mermaron las
exigencias, se festejan triunfos parciales y se animan solo con el producido económico.
Este sábado, Once Caldas enfrentaba al América, último campeón -con formación mixta- y herido en Copa, y de haber vencido estará celebrando puesto de honor en la liga.
Lo contrario afectará la credibilidad -este texto fue escrito previo al partido- teniendo
además a su favor la programación de Dimayor, pues está jugando con intervalos largos en tiempo que benefician la puesta a punto.
Contra Millonarios será el viernes, y luego Nacional en Palogrande, y más adelante Pereira, lo que enseña un calendario único desde las finanzas, y para la consagración deportiva.
Solo clasifican cuatro este semestre -no será fácil- aunque se puede llegar a mitad de certamen con una suma importante de puntos, y con las aspiraciones intactas.
P.D. De lunes a viernes, de 9:30 a 10:30 de la mañana, Siempre Fútbol La Patria por La Patria Radio, Radio Cóndor -buena combinación de palabras- para que desde muy
temprano esté al tanto del Once Caldas, y las principales noticias del deporte nacional y mundial. Ah, en los 1540 del AM, y en todas las plataformas digitales.
Hasta la próxima…
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