Mario César Otálvaro

@macotal

El invento de Dimayor para favorecer los clubes con ingresos por televisión le permitirá al Once Caldas -y a 10 equipos más- seguir en competencia hasta finales de año.

Los 8 clasificados optarán por el título; los 11 restantes -sin Cúcuta por sus líos legales participarán en un torneo relámpago a partido único cada fase, por un cupo a suramericana.

"Liguilla de perdedores" a la que también cayeron Millonarios que cerró con 6 victorias en 7 juegos, y Rionegro que quedó eliminado con 31 puntos.

Once Caldas le hizo honor a su nombre, y concluyó en la posición 11 -mitad de tabla para abajo- desmejorando inclusive con relación a 2019 cuando fue décimo en ambas ligas.

Decreciente, como el trabajo del técnico Bodhert, quien en vez de consolidarse, siempre dio pasos hacia atrás, tanto que de alejarlo del descenso y disputar Copa Colombia, 2 años después se irá con 8 fracasos encima.

Increíble que haya desaprovechado la continuidad que le brindaron sus patronos -poco común en un fútbol como el nuestro- arrastrando una estela larga de decepciones.

5 semestres sin lograr objetivos, sin ganar partidos importantes, y sin afianzar una estructura de equipo. El mensaje es claro, de preparación, de capacitación, de formación integral, de saberse rodear, de aceptar consejos, de escoger sabiamente.

Preocupante por Once Caldas como institución, teniendo que volver a empezar, por fortuna en otras manos, ojala con directivos ambiciosos -y conocedores- para que no fallen, particularmente en la escogencia del conductor.

Fundamental, montar una idea de juego y contratar futbolistas que se acomoden a ella, principio base en el fútbol de hoy, inclusive sobre inversiones millonarias.

Estableciendo metas, distintas a las que planteó Bodhert -dicho por El mismo- en el sentido de que la tarea era hacer jugadores -tampoco cumplió- irrespetando la historia del Once Caldas campeón de América, octavo en el ranking colombiano, y con 4 estrellas de liga.

Es lo primero por recuperar, sacándolo del marasmo en el que lo hundió la actual administración con su ejecución deportiva, para retornarlo a lugares de privilegio.

Los dueños se empeñaron en sostener un plantel a bajo costo, depositando en la labor del entrenador los resultados que no fue capaz de entregarles.

Muchos aseguran que hay que agradecerles por tener la organización al día -es su obligación, miren lo del Cúcuta- y el orden vale, pero en lo personal reprocho el aislamiento, el mal manejo del entorno y de las comunicaciones, y las relaciones con el periodismo.

Además se lucrarán ahora que están cerrando la venta -apenas normal, nadie mete plata para perder- quedando alto ese saldo en rojo en lo competitivo.

Sobre el grupo, bueno sería que la liga ‘consolación’ -independiente de intentarla que es tarea ineludible así estén por marcharse- también se tome como parte de la pretemporada 2021 poniendo los muchachos que reclaman oportunidades.

P.D.: No se requiere concertar un estudio con Cifras & Conceptos para entender que la lista de salida la deben encabezar Luis Payares, Jhony Galli -por su condición de extranjero- David Gómez -con ciclo vencido- y Pablo Rojas.

Hasta la próxima…