Un año largo lleva el técnico de Once Caldas quejándose por la falta de gol como principal argumento ante la ausencia de resultados. Cambian jugadores, se traen refuerzos, se sacrifican atacantes, y nada.
En el primer semestre de 2019 cuando el 1-0 de Unión que marcó comenzando y Once Caldas fue incapaz en 88 minutos de empatar, tiró la frase de que ‘no había ropa para más’.
Durante el segundo torneo varias veces equiparó los números con la nula definición.
Van dos juegos del actual campeonato con lo mismo, muchas oportunidades desperdiciadas, y arqueros rivales convertidos en figura.
Frente a Santa fe fueron cuatro estrelladas en el cuerpo de Leandro Castellanos porque no hubo frialdad para concluir, ni claridad para buscar los ángulos de la portería.
Ante Bucaramanga se lució Cristián Vargas a disparos de Rodríguez y Carreazo, el madero devolvió balones de Elvis y Ovelar, y Alejandro García se perdió una increíble a los 90.
Nada contra el juvenil manizaleño, sí sobre la decisión de llevarlo como solución por
encima de David Lemos, a quien metódicamente ha reducido a menos.
Y ojo también con Carbonero y la política de desprestigio que se lanza desde del club, empreñados en mostrarlo como agrandado e indisciplinado tácticamente.
Ambos son patrimonio, grandes jugadores, y hay que arroparlos, no combatirlos.
Consecuente entonces averiguar las razones de la ineficacia, que pueden ir desde el módulo táctico, la labor de campo, la capacidad individual, el planteamiento, o la suerte.
Responsables por supuesto, los intérpretes en cancha, pero luego de año y medio se debe revisar el trabajo de semana, el sistema de juego, y la escogencia de los titulares.
Germán Cano -cañonero en cuatro ligas y goleador histórico del Medellín- asegura que es clave quedarse media hora tras cada entrenamiento perfeccionando movimientos y remate.
Acerca de la idea, Once Caldas ataca por el interior, desborda y explora poco por las
bandas, sus volantes abiertos tienden a hacer diagonales hacia adentro, y los laterales solo de cuando en vez ganan las espaldas.
Sobre la alineación, el primero en la fila de Bodhert es Kevin Londoño, con apenas 3 goles por liga para Once Caldas y está jugando su quinto campeonato corto. Hizo doblete en un partido ante Chicó -fecha 6 segundo semestre 2018- y uno en la última jornada el año pasado en la victoria 3-1 sobre Unión estando ya eliminados.
La connivencia del entrenador le están haciendo daño, amén que uno no entiende tanta preferencia y proteccionismo, prestándose inclusive para que se piense mal.
Esa cifra traducida indica que con el ‘hijo del técnico' se juega con un delantero sin gol, siendo plaza fija, dejando solo un cupo para los otros cinco extremos en plantilla.
Total, Once Caldas se priva de efectividad por los caprichos o terquedad de su timonel.
Hoy día, Estacio -de una habilidad excepcional- pide ser titular, Carreazo sigue jugando bien, e insisto en que a Lemos hay que ponerlo, recuperarlo, y volverlo importante.
Hora de una revolución con estrategia, rompiendo moldes, con otras ideas, y variantes explosivas -no manzanas por manzanas como regularmente ocurre- para que desaparezcan las sombras de una eliminación prematura.
Ideal -para el gusto del columnista- Ovelar como creativo, con Carreazo y Estacio por los extremos, y Lemos en punta, aunque decirlo es ponerle resistencia a la propuesta.
Hasta la próxima…
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