Mario César Otálvaro
@macotal
Frenar esa larga racha de 12 partidos sin ganar le permitió a Once Caldas salir del último lugar de la tabla, y generar un ambiente que hace rato no se sentía.
Esa sequía, más la ausencia de un proyecto sólido, y hasta la debilidad de quienes han estado al frente del equipo, motivaron ese margen de alivio tras vencer a Pasto.
Diego Corredor, por conocimientos, obsesión por lo táctico, y cierta independencia, hace recordar un poco al Juan Carlos Osorio que en sus inicios de carrera anduvo por acá.
Dicen que las comparaciones son odiosas, e inevitables, y ya hay contraste entre lo que había y lo que se quiere implantar, y el modelo Once Caldas actual es distinto.
Bastaron mínimas señales para comprender que se perdieron cerca de ocho meses con Eduardo Lara, mientras que con Bodhert la apuesta era motivación, de lo otro nada.
Pesaron los intereses particulares con el vallecaucano, y en ambos casos se falló en el montaje de una estructura como club, a la que se debe llegar tarde o temprano.
Por supuesto que Corredor tendrá que acompañarse de resultados, sin ellos es imposible porque el fútbol es mediático, y mucha más para quienes ejercen su oficio.
De allí la importancia y el regocijo por el triunfo en Pasto, porque hubo argumentación desde lo táctico, y por encima de las limitantes y las condiciones del rival, aplicación y orden.
Al menos se aprecian mejoras en lo colectivo, afán por acomodar un idea de juego con parámetros fijos, y sobre todo conceptos básicos de posesión y control defensivo.
Se vienen en fila Tolima, Pereira y Nacional, con mayor grado de exigencia, nóminas superiores, y el valor de las individualidades cuenta, y hay diferencia. Nada fácil.
Por eso la clasificación es una quimera, un sueño irrealizable, siendo necesaria una puntuación al final que elimine de las tareas inmediatas la palabra permanencia.
Urgente sumar, a sabiendas de que no se cuenta con una nómina altamente competitiva, y anímicamente golpeada por la sucesión de campañas y presentaciones adversas.
Atrás los centrales dan ventaja, en el medio los volantes quitan poco, el creativo es lento y rinde por pasajes cortos, y falta contundencia arriba.
Es un plantel mal armado, de 11 refuerzos solo Juan David Pérez se salva, Marco Pérez ya se fue, algunos parecen exjugadores, y con lo que había no alcanza.
Los extranjeros no funcionan, sería bueno saber cómo llegaron Buschiazzo y Messiniti, quién los recomendó, por qué vía, porque esos procesos de selección fueron equivocados.
Echar mano de los juveniles es una opción, sin que sean la solución ya, pero en las canteras o divisiones menores hay que buscar un brazo económico.
Da la impresión de que Corredor es ajeno a compromisos, y que esa autonomía le certificará tomar sus propias medidas sobre ese grupo reducido en cantidad y calidad.
P.D.: Que tumbada la pegaron a Once Caldas. Este columnista había contado sobre las irregularidades de Jorge Guerrero, supuesto comprador, quien salió con nada pese a
documento firmado en notaría. Que socio estratégico tan extraño, y pensar los lujos que le ofrecieron en Manizales. El "embajador de la India" se quedó en palotes. Lo curioso es que
sostiene -se lo dijo a este diario el domingo- dizque tienen acuerdos de confidencialidad (?).
Hasta la próxima...
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