Mario César Otálvaro
@macotal
El incómodo Pasto, por su táctica defensiva y su orden, fue el rival este sábado en Palogrande, confiando en que Once Caldas este celebrando los 3 primeros puntos.
Ha sido un flojo despegue de Liga con pasajes de fútbol que alientan, errores individuales, goles tempraneros, equipo de segundos tiempos, y variantes erradas. Ante el subcampeón se repitió la nómina de los juegos iniciales, con la salvedad del lateral derecho, entre otras porque Lewis Ochoa y David Gómez están lesionados.
Algo raro, pues sin empezar campeonato Once Caldas los tenía entre sábanas, lo mismo que al arquero Sergio Román, quien también afrontó dificultades por una sobrecarga.
Lo de comenzar perdiendo es una costumbre malsana durante el año, pues la estadística indica que de 22 partidos -sin incluir el de anoche- en 11 recibió gol antes del minuto 20.
Difícil remar siempre contra la corriente, y está pasando, por desconcentración, exceso de confianza, inmadurez, o cualquiera otro motivo, pero se está fallando. Son asuntos puntuales que exigen revisión porque de tanto repetirse se vuelven ganancia para los adversarios que los entienden como fórmulas prácticas para sacar provecho.
Con la dificultad de que toca la estrategia, dado que se ingresa al campo con una idea que invariablemente se debe modificar cuando queda en desventaja.
Además obliga -porque casi siempre va al descanso abajo en el marcador- a fuertes llamados de atención, y a un replanteo sobre la adversidad. En eso el técnico ha enseñado argumentos, observándose un cambio de actitud de uno a otro período, que infortunadamente no se sostiene hasta el final por decisiones equivocadas más adelante. Y me refiero a las variantes, porque parecen responder a un libreto, no a los requerimientos del momento, y fueron los casos contra Nacional y Millonarios.
Hay que corregir para abrir una nueva historia, con un equipo corto en nómina que puede ser competitivo, y cuyo éxito está sujeto a circunstancias como adecuada utilización del plantel, establecimiento de pequeñas sociedades, fortalecimiento mental, buena escogencia de los titulares, y acierto en las decisiones.
"Tengo como pelear ambos torneos" sostuvo Bodhert previo a la competencia, un concepto entendible por respeto a sus dirigidos, pero un tanto alejado de la realidad.
Con la base que tiene -varios jóvenes e inexpertos- con mínimo recambio, urge centrar los intereses, ya que el mismo ha sido pregonero de grupos amplios que pueda rotar.
Por eso suena conveniente enfilar baterías hacia la Liga, luchar por el regreso a la competencia internacional, y mirar la copa como una opción para los futbolistas nuevos. Porque cuesta intentar ambos frentes, sin descuidar torneo por copa poniendo el llamado "equipo que no gana" como pasó en el segundo semestre del año anterior que dejó un subtítulo que no sirvió de nada, y sí grandes frustraciones.
Total, y conforme a las precisiones de los dueños, que justifican en los ingresos no percibidos la imposibilidad de invertir, cero distracciones y metas claras.
Y como el negocio de por medio ofrece la alternativa de hacer jugadores, David Lemos, Ménder García, Johan Carbonero, Sebastián Guzmán y Marcelino Carreazo son cerezas del pastel, encarnando el porvenir económico para Pineda y Castrillón, y ojalá el bienestar deportivo para la institución.
Hasta la próxima...
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