Mario César Otálvaro
@macotal
Hay victorias de alto vuelo, aquellas frente a rivales encopetados, que dejan sabor de boca por su amplio significado, y por sus repercusiones.
Vencer a Nacional siempre será importante, y esta vez supuso ascenso en la tabla, invicto de 10 fechas, volver a ganar en el Palogrande, y estreno de Dayro Moreno.
Además se sacó el arco en cero -el paraguayo Ortiz fue clave- y con los goles marcados llegó a 5 en 2 salidas con inusual poder ofensivo, por uno solo en contra.
Los números juegan hoy del lado de Bodhert, los futbolistas están respondiendo, hay recambio, quien se descuide puede perder el puesto, y la perspectiva es favorable.
Todo perfecto hasta ahora -6 de 6- con precauciones porque desde la segunda posición que ostenta Once Caldas, hasta el décimo ubicado, solo hay 3 puntos de diferencia.
Es fútbol, y como tal las celebraciones parciales son cortas porque las campañas largas son las que miden los logros, y las metas aquí son impostergables.
En el trámite, discreto visitante, algo poco común en los equipos de Osorio, sin demeritar el contenido del Once Caldas por compromiso, actitud, y valores individuales.
El capitán Correa marcó de forma consecutiva, y atrás es una fiera, Juan David es el motor del mediocampo, y juntos con Ovelar imprimen el sello de calidad.
Hernández realizaba su mejor partido hasta que inexplicablemente lo sacaron, Rojas lució el primer tiempo, Mejía es voluntarioso, y en términos generales el grupo estuvo compacto. La pelota quieta, que casi nunca da réditos, tal como sucedió en El Campin fue efectiva en segunda jugada a través de los mismos protagonistas, Hernández-Correa.
Gran victoria por el antagonista, y por el superávit al sumar 18 puntos cumplida la mitad de la liga, faltando 12 para el límite teórico de 30, con 30 por disputarse.
Un retorno ideal, ya libró 2 batallas ante históricos y complicados, y ahora se vienen en seguidilla Alianza, Pereira y Equidad, que en buen romance, son asequibles.
Un panorama esperanzador, no para sacar carro de bomberos porque el campeonato está apretado, aunque Once Caldas parece estar por encima de muchos con nivel bastante flojo.
Con un plantel numeroso, una defensa rendidora, y una gama de atacantes y goleadores que adecuadamente explotados ofrecen distintas alternativas.
Volvió Dayro, con inocultable mala forma física como lo había planteado el propio técnico, quien llevado por la pasión del hincha, o por presión de sus patronos, lo mandó a cancha al minuto 64, y el ídolo no funcionó. Ponerlo a tono rápido será determinante para salvar la inversión y sacarle el máximo provecho, habida cuenta de que Dayro es el as bajo la manga.
Del empeño del jugador, su buena utilización, y una adecuada labor personalizada - aguantándolo en juego- dependerá su regreso triunfal.
Tarea contra el reloj que se puede adelantar sobre la tranquilidad de los resultados, y en un ambiente cargado de optimismo en una temporada atípica que pone a soñar.
Hasta la próxima...
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