Mario César Otálvaro
@macotal
Atrás quedaron Copa América y Eurocopa, vienen Juegos Olímpicos y Liga Colombiana, que por mucho que se critique la seguimos con pasión, y es nuestra mejor distracción.
Por fin pudo Lionel Messi levantar un trofeo de mayores con su selección, lo que le faltaba, si es que en realidad tenía pendientes porque su genialidad y sus números son absolutos.
Campeón mundial sub-20, campeón Olímpico, 35 títulos con Barcelona –10 ligas, 4 champions, 7 copas del rey– subcampeón del mundo 2014, 6 balones de oro, 6 veces máximo artillero de liga, casi 800 goles en su carrera, mayor anotador histórico de Argentina con 71, y de Barcelona con 672.
¿Podrá pedírsele más? Por Dios, si no ha hecho más que regalarnos alegría y desbordar de emociones los templos del fútbol, razones por los cuales para mi gusto personal es el más grande de todos los tiempos, y vi a Maradona, y en parte a Pelé.
Argentina ganó la copa América por convicción, la querían para ellos, y por Messi, jugaron cuando se pudo, ensuciaron los partidos cuando lo necesitaron, y se fueron campeones invictos pasando sobre Brasil.
Eso se llama carácter, personalidad, actitud, por eso la ruidosa celebración que aún retumba, y que la tienen bien merecida porque es la demostración de que todo nace desde el deseo.
Colombia fue a preparar la eliminatoria –craso error– y por poco alcanza la final. Solo al ver que podíamos, se cambió de idea. No más cuentos de ir en ese plan a los torneos, ponerlos como meta es empezar a ganar, como lo hicieron los argentinos sin importar que fuera en el Maracaná.
Esas limitaciones, propias de quienes quieren esquivar obligaciones y responsabilidades, transmiten sensaciones de inseguridad y desconfianza en los planteles.
Del Brasil arrollador de la fase inicial –que parecía imbatible– no quedó ni el rastro, desapareció después del accidentado choque con los nuestros, duro traspié para un poderoso equipo con estadísticas maravillosas.
Buena copa América, victoria inobjetable de los argentinos, y Colombia quedó con la base para las eliminatorias, que fue el mezquino pensamiento con que el fuimos a Brasil.
Más allá, Italia festejó su segunda Eurocopa ¡segunda! dejando a Inglaterra sin nada, sin ningún título continental, para que se den cuenta lo difícil que es conseguirlo.
Y de una a la competencia local, Once Caldas con 3 meses de para, 9 contrataciones, continuidad en el banco técnico, y tiempo suficiente para acoplar una idea, debe pensar, no en mejorar los números malos del primer campeonato, sino en ser protagonista.
Suma 4 eliminaciones consecutivas después de 2018 segundo semestre cuando avanzó a cuartos de final, y muchos años sin alcanzar las instancias más altas.
Desde 2011, es decir, hace 20 temporadas por aquello de los torneos cortos, no disputa una estrella, cuando Juan Carlos Osorio lo dejó tirado en manos de Pompilio Páez, y Junior se la sacó en Palogrande.
Es hora de exigir porque las circunstancias fueron favorables frente a las condiciones de un mercado que ofrece pocos lujos, con nóminas parejas, fijadas por un nivel bajo.
Hasta la próxima…
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015