Mario César Otálvaro

@macotal

Más de dos meses han pasado desde que Once Caldas logró su última victoria por Liga, que fue 1-0 sobre Huila -el otro colero- con gol de Hárrison Otálvaro el 19 de julio.

Completó 10 fechas, que incluidas las dos de Copa Betplay ante Medellín, amplía a 12 el número de registros sin que el equipo sume de a tres.

El Palogrande se volvió un prostíbulo, van seis juegos desde el 1 de agosto contra Millonarios cuando se autorizó el ingreso de hinchas, con balance de cuatro derrotas y dos empates.

Tuvo el triunfo frente a Alianza, y cuando estaba a tiro de as, las variantes desnaturalizaron la propuesta y se deslució lo que fue un lindo partido hasta el minuto 71.

Los cinco cambios que autoriza el reglamente no siempre hay que hacerlos, menos cuando los relevos están muy por debajo de los titulares, como sucedió en esta caso.

Entraron Messiniti, Quiñones y Alejandro, y el desplome fue total, no solo les quitó un dolor de cabeza a los defensores contrarios con la salida de Pérez, sino que restó profundidad.

El técnico Corredor -en rueda de prensa la semana pasada- señaló que no podía cometerse más errores, que eran ellos parte concluyente de la mala campaña.

Otra vez fue víctima de sus palabras, pues recién vinculado expresó que tenía grupo con que rendir de manera superior y clasificar, y ya no hay chance.

Los años dan moderación y sapiencia; Corredor es un hombre joven, estudioso, conocedor, no redentor, y con este grupo ni el Guardiola del Barza haría milagros.

"Los tenía que cuidar", fue la justificación a las sustituciones de Otálvaro y Pérez, respuesta

inapropiada, particularmente con el segundo, el motor arriba.

¿Cuidar para qué? El problema es ahora y es necesario resolverlo ya. Este es el momento para que el equipo funcione, mañana puede ser tarde.

Una lástima porque cortó al 71 una presentación argumentada y sólida desde lo estratégico, con ocho opciones de arco. Chunga inmenso fue la figura del compromiso, y con intensidad, actitud y orden, Once Caldas mandó, brilló, e ilusionó.

Alianza fue lo mismo de los equipos de Bodhert cuando anduvo por acá, se dejó someter careció de propuesta, y como se montó en el marcador, limitó sus aspiraciones al contraataque. Se fueron felices con el empate, y tienen la razón, son cuartos.

En Once Caldas se notan el trabajo de semana, las ideas de Corredor, y la pretensión táctica, como igual quedó en evidencia lo corto del plantel, y el bajo nivel de algunos jugadores.

Lo lamentable es que no basta con ello, los puntos son fundamentales, dominar al contendor es un principio del juego, pero hay que derrotarlo, la tabla impide construir. La cosecha en esta nueva etapa son dos puntos de 12, y eso no aguanta.

En 2010, deportivo Pereira estuvo 26 partidos sin ganar, entre ellos los 18 del segundo semestre, y tuvo tres entrenadores, Wálter Aristizábal, Wilson Cano y Einer Angulo. Al año siguiente no pudo elevar contenido, y cayó a la categoría B.

Los dueños de Once Caldas le aseguraron a Corredor que tendrá una nómina competitiva para 2022, teoría tan incierta e improbable, que postergar realizaciones constituye un verdadero riesgo. Ganar es lo único...

Hasta la próxima...