Mario César Otálvaro
@macotal
Estar solo por encima de Pereira, candidato a perder la categoría, y de Alianza Petrolera, que no ha ganado ningún partido en el año, constata la pésima Liga disputada por Once Caldas.
Puesto 17 entre 19, rendimiento del 27% que nunca ha podido subir, cero protagonismo, y una expresión futbolística que da grima, marcan una campaña indigna y vergonzosa.
Contra Jaguares fue la tapa, yéndose al vestuario con gol arriba y juego controlado, permitiendo que le dieran vuelta al resultado por falta de jerarquía, clase y verraquera.
Un equipo sin respeto por la historia del Club, ni por la camiseta, con jugadores modestos, y un trabajo táctico de menos a nada por lo visto en las últimas jornadas.
En el segundo tiempo jugó a pegarle disparatadamente a la pelota desde cualquier sitio, sin elaborar fútbol, y cada vez que lo hacía, el rematador miraba hacia el banco.
Supongo que era la orden de Lara ante la ausencia de variables ofensivas y de un plan
táctico confiable, ese que insinuó recién llegado, y que despareció como por arte de magia. Once Caldas carece de peso atacante, y enseña gruesos errores de concepto en marca y en definición, que ponen en jaque el trabajo de semana.
Muchas sesiones en cantidad, mínimas en calidad, con hombres como Viáfara, Laszo, Burbano, Murillo, y otros, que en vez de avanzar dan pasos hacia atrás.
Luego del choque con Águilas, el técnico indicó que en Once Caldas se respetan los procesos y que se quedará pase lo que pase. ¡Uhmm, qué paraíso encontraron acá los entrenadores!
Lo mismo pensó el anterior, y al parecer, ya no vienen con afán de triunfar y dejar huella, sino por la seguridad del cargo, dado que no hay reclamaciones desde lo directivo.
La continuidad debe motivarse en un juicioso análisis, y si bien es cierto que la culpa mayor compete al presidente por la conformación del plantel, y a los integrantes del grupo por su exigua condición, el técnico no puede pasar de agache.
Su permanencia debe ir amarrada a claras exigencias, eliminando esa sensación de que nada sucede, "es lo que hay, y frescos, ya vendrá el siguiente torneo" parece decir.
La defensa se le desplomó, Viáfara arrancó firme, hoy se ve comprometido en todos los goles, los laterales no existen, Yoiver ¡por Dios! cómo pretende que sea lateral zurdo, por un fallido rechazo suyo llegó el empate de Águilas, y por su zona los 2 conquistas de Jaguares.
Un enroque pedía la formación, a Murillo no le fue tan mal por la izquierda cuando jugó. Y cómo se le ocurre tocar a Mejía, el hombre del equilibrio. No puede ser que por "chiquito" lo excluya para poner un ‘grandote’ como Laszo, apenas en formación, y algo torpe.
¿Acaso miraron el nivel de Burbano para traerlo? ¿Qué pasa con Estacio? ¿Y dónde están los muchachos de Manizales, Suárez, Castrillón, Ferrín, ignorados porque no son altos, morenos y corpulentos?
E infortunadamente los pocos buenos, y en quienes había confianza como Ménder y Lemos, se contagiaron. Otálvaro es de ratos, y Sebastián va de salida.
Las cosas andan muy mal, no hay como justificarlas, estamos frente al peor Once Caldas en mucho tiempo, con cifras y campaña que rayan en lo ridículo.
Hasta la próxima...
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