Mario César Otálvaro
Twitter: @macotal
El 11 de enero se conocerá la cifra total de abonados, pero la aglomeración de hinchas en medio del despelote inicial para su venta, prevé un número similar al de este año.
Los casi 8 mil, que solo dejaron de asistir frente al Unión decepcionados por la pobre
campaña con eliminación anticipada, no pierden la fe y están dispuestos a regresar.
Una muestra de amor eterno, confirmación de lo que vale Once Caldas y la pasión que despierta, por encima de la falta de refuerzos y el fracaso sonoro de temporada.
Hasta la indignación, producto de la improvisación cuando se puso en marcha el plan de abonos, se superó sin que disculpe el maltrato al que sometieron a algunos aficionados.
Particularmente los fieles, metidos en una misma bolsa, sin estímulos ni privilegios,
planteando una extraña maniobra de mercadeo. Poner límites fue otro obstáculo, provocando voces de protesta, y generando la sensación de que no calcularon la masiva respuesta, y que el estudio previo fue insuficiente.
Se supone que es un método para motivar y acercar al seguidor, que con trato amigable inclusive mitiga en parte el desasosiego por la ausencia de nombres.
Por fortuna cayeron pronto en la cuenta, recompusieron, habilitaron más medios con ciertas preferencias, y ahora se dan mayores comodidades.
Adquirir a bajo precio las entradas para el próximo torneo es una oportunidad imperdible que debe reconocerse, nace de la deferencia de los dueños del espectáculo.
Con relación a los nuevos, Luis Payares y Pablo Rojas deben rendir, no son sugestivos, pendientes de tres más según el anuncio para puestos específicos sin abordar el volante creativo.
Cupo forzado por la partida de Javier Reina al América, y como ficha primordial porque no se observa en la plantilla un jugador para suplirlo.
Son ocho bajas -Peralta, Nazarit, Harlin, Serje, Reina, Lizarazo, Darío y Salcedo- por dos refuerzos, ecuación que no cuadra, aunque quizá no se requieran tantos, sí que tengan condiciones.
El esfuerzo por dos o tres nombres con trayectoria, peso y liderazgo es lo ideal en el entendido de que hay jóvenes para continuar potencializando.
Suena paradójico, pero es cierto. Hay una alineación base que a criterio de quien escribe requiere fundamentalmente de un armador de categoría, y un mediocampista de marca.
Esto para que no caigan en lo del pasado cuando trajeron por bultos, y para que la selección se concrete en ubicar aquellos que permitan un verdadero salto de calidad.
Extremos de características parecidas son cuatro: Carreazo, Carbonero, Estacio y Rojas, y también figuran Kevin Londoño y Alejandro García.
Delanteros son Lemos y Ménder, y está Edis Ibarguen, y en defensa hay ‘pelaos’ pidiendo pista como Palma, Cardona y Julio.
No es conformismo. Si hubiese posibilidades de más, fabuloso, pero ante los aprietos
económicos y la estrechez del mercado, es importante hacer énfasis.
Bodhert priorizó en un delantero goleador, difícil de encontrar para el presupuesto de acá, e innecesario cuando su tarea es poner a tope a Ménder y a Lemos.
Siendo perentorio mejorar el trabajo, no más largas al técnico, llegó la hora de exigir porque son dos años de proceso, e inexplicablemente se sigue hablando de futbolistas en formación.
Hasta la próxima…
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