Actualmente los jóvenes somos la mayor población del mundo, la generación más conectada, informada y educada en toda la historia de la humanidad. Podemos transformar el mundo en formas que nunca se han visto antes. En el caso de Colombia, la mayoría de la población se ubica entre los 14 y 18 años, franja que concentra el 26,1%. Le siguen las personas entre 18 y 26 años, con un 16% (DANE, 2019).
Ahora bien, por muchos años no se nos enseñó el poder intrínseco que viene con la juventud. Solíamos entender que ser joven nos daba una licencia de vacaciones entre la niñez y la adultez, un limbo que si bien ya no tenía los derechos de la niñez, tampoco las garantías de una independencia en la adultez. Sin embargo, en los últimos años han surgido procesos de reconocimiento de la juventud, ya sea porque somos mayoría o porque llegamos con una fuerza extraordinaria a cambiar las reglas del juego que no son funcionales para nuestra generación y las próximas.
Para que nosotros podamos desarrollar todo el potencial que tenemos, en el caso de Manizales, requerimos enseñarles a los niños a reconocer sus capacidades, para que cuando sean jóvenes confíen plenamente en su potencial.
Manizales es la casa de más 40 mil jóvenes, ¿qué pasaría si esos jóvenes entendieran el poder que tienen? Se crearían más empresas sostenibles, de alto impacto social y equidad de género; aumentaría la responsabilidad ciudadana, se abrirían más espacios de conversación y acción. Porque si algo tenemos en esta generación es la tendencia a la construcción colectiva, ya cansados de las dinámicas que nos vienen precediendo. Estamos dispuestos a jugárnosla por nuestra visión, pero para ello, requerimos enfocarnos en potenciar las habilidades de liderazgo de los niños y jóvenes.
Esto hace One Young World, la cumbre más grande de jóvenes del mundo, que reúne a los talentos jóvenes más prometedores de cada país en un evento de siete días donde tienen la posibilidad de conectarse con jóvenes de 190 países, para construir y generar acciones transversales para el planeta en todas las áreas posibles. El pasado mes de octubre, la cumbre tuvo lugar en Londres, donde Colombia hizo presencia como la delegación más grande de un país en la historia del evento; y lo sé porque fui yo la manizaleña que representó a Caldas en la cumbre mundial. Y créanme cuando les digo que Colombia tiene líderes imparables que vamos a dejarlo todo en la cancha por nuestro país. 
Cada territorio del país estuvo presente gracias a una alianza público privada que se generó por iniciativa de la primera dama junto con Colombia Joven y empresas del país que le apostaron a la juventud.
Si la inversión al talento joven se hiciera desde los territorios, estaríamos hablando de consolidar una red de jóvenes líderes en cada ciudad. Manizales es un marco de referencia en educación, tenemos las herramientas para generar una educación de habilidades blandas que nos permitan pensarnos como la primera ciudad del liderazgo juvenil de Colombia y con ello, todo el desarrollo que la acompaña.