Es bien sabida y ampliamente documentada la importancia que presentan las TIC`s en la vida cotidiana de los seres humanos. Como sociedad establecimos actividades que requieren del acceso a dispositivos, internet y al uso de tecnologías, fortaleciendo y ayudando con nuestras comunicaciones, trabajo y vida personal.
También, erróneamente se ha asociado a los pueblos con un bajo uso de la tecnología, constituyendo esto como imaginario social, suponiendo que al ser pequeño el territorio, pocas son las necesidades que se tienen de estar interconectados, fomentando la indiferencia hacia la provincia.
Sin embargo, hoy las localidades presentan una dinámica relacionada directamente con el uso de las tecnologías. Encontramos en las poblaciones actividades laborales, educativas, comerciales, deportivas, culturales y recreativas que se valen del uso de dispositivos conectados a internet. Por lo cual, la demanda de este servicio no disminuye, sino que ha ido en aumento constante.
Caldas es un departamento con una ubicación privilegiada en la geografía física, económica, social y ambiental del país, siendo pionero en temáticas de innovación, academia y tecnología, pero la conectividad del departamento es mala, obligando a que los caldenses adapten sus actividades y tiempos a los limitados recursos que entregan las empresas prestadoras de este servicio.
De igual manera, nuestro departamento ocupa el noveno lugar a nivel nacional en conectividad, de acuerdo al Índice de Competitividad de la Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitividad, superado por Risaralda y Quindío, segundos y cuartos respectivamente. Hoy, en Caldas, el acceso a internet es del 54%, mientras que en el campo es tan solo del 10% de acuerdo al Ministerio de las TIC.
En promedio, el 43% de los caldenses tiene acceso a la web y las suscripciones señalan que el 13% de sus habitantes tienen internet fijo. Cuando analizamos el acceso a internet, identificamos brechas marcadas entre localidades, evidenciando diferencias sustanciales entre la capital y los municipios de sexta categoría, con poblaciones que alcanzan apenas el 1%.
La oferta en conectividad es amplia y suficiente, en lo que a empresas operadoras se refiere, pero es pésima y lamentable en cuanto a la calidad del servicio. Esto hace que los municipios no tengan la velocidad y oportunidad requeridas, haciendo que muchas veces falle la conexión.
Todos los días converso con campesinos y es un factor común la queja sobre la baja calidad de la conectividad que aún persiste en la ruralidad. En lugares donde antes se podía realizar una llamada tranquilamente o disfrutar del servicio de internet, hoy hay fallas, ampliando la sensación de lejanía por parte de quienes viven en el campo. ¿A quién puede acudir el usuario ante el mal servicio? ¿Quién lo regula? ¿Debería cobrarse de acuerdo a la calidad del mismo?
Mas, estoy convencido que nuestros municipios tienen todas las condiciones para ser competitivos y creo, es necesario se consolide un compromiso gubernamental por parte del Ministerio de las TIC, con una política clara para fortalecer las condiciones de los municipios, además de hacer el respectivo seguimiento a las compañías que ejecutan su actividad en Caldas.
 De igual manera, es un llamado a la Gobernación de Caldas para que, a través de su Secretaría de Empleo, Desarrollo e Innovación incluya proyectos relacionados con la generación y apropiación de tecnologías en los municipios de sexta categoría, mientras se pone en práctica la alfabetización digital, pues no se puede seguir pensando que las estrategias relacionadas con CTeI son competencia exclusiva de las grandes urbes.
Con una mayor cobertura y calidad del servicio, estamos llamados a consolidar a Caldas en el siglo XXI, forjando los procesos y fortaleciendo las prácticas que exige la sociedad del conocimiento ante las cambiantes dinámicas globales.