Realmente hay mucho qué comentar y qué escribir. Y paradójicamente, no se sabe por dónde empezar. En forma clara y de interés para mis pocos lectores.
Pero el ambiente electoral es de política. Lo indicado es escribir algunos comentarios sobre este tema. Habrá personas que se dicen indiferentes, pero con seguridad terminan haciendo parte de las cábalas que alimentan la emoción de las cambiantes posiciones de los candidatos en la carrera hacia la Presidencia de la República.
Son muchos los candidatos a la Presidencia, pero hasta el momento el pelotón se ha concentrado en cinco postulantes, cuyos nombres en fila descendente, serían así: Gustavo Petro, con solo su nombre las clases empresariales, sociales y aún las que representan la política electoral se les eriza el cuerpo. Principalmente cuando lo oyen hablar en público y también en privado. Y sobre todo cuando recuerdan sus destrozos en la Alcaldía de Bogotá. 
Se dice que fue huésped de Hugo Chávez en los primeros años de mandato de este dictador venezolano. Cuando el dictador hacía sus primeros pasos, fue su discípulo preclaro en la conquista chavista del continente latinoamericano. Sus adhesiones no son solo de la guacherna, sino que han ascendido a otros sectores de la sociedad colombiana. Todo esto es un aviso que desde antes se viene recordando. La gran desigualdad social y económica de Colombia induce a jefes populares a peligrosas aventuras. 
Sergio Fajardo comparte con Petro el primer puesto de este cortejo. Alcalde de Medellín con preseas, pero gobernador de Antioquia con agaches y no tan cerca del Sindicato Antioqueño como quisiera. Graduado en matemáticas con alardes. Profesor del tema y serio poseedor de votos, adquiridos desde hace años visitando todos los pueblos de Colombia. 
German Vargas Lleras, que ha trasegado la política desde los años de su abuelo Carlos Lleras Restrepo, quien lo consideró siempre su nieto preferido. Entre los candidatos en acción, indudablemente es el que más bien conoce a Colombia, en sus alegrías y en sus amarguras. Desafortunadamente, tiene un genio que explota en el momento menos esperado. Por eso hasta ahora anda solo, con riesgos de no pasar de la primera vuelta, ya que una alianza con él es muy difícil y su duración no pasaría de días. 
Humberto de la Calle, un buen señor cargado en años para estos menesteres. Ha estado siempre bajo las toldas del expresidente César Gaviria. Fue muy importante en la reforma de la Constitución de Colombia de 1991 y no menos en los acuerdos de paz. Paradójicamente muchas gentes lo sindican de haber contribuido a la entrega de casi media Colombia a las Farc. Y ahora con la dosis de izquierda que ha comprado y que llevará a sus espaldas durante toda la trayectoria electoral. Quién sabe a dónde va a llegar.
El que diga Uribe. Algo que ha mantenido pendiente a la opinión pública, porque su selección arranca desde que los miembros del Centro Democrático -CD- escogieron eliminándose a sí mismos. Este procedimiento señaló a Iván Duque como potencial designado, para representar al CD en las justas próximas para presidente de Colombia. Sin embargo y en virtud de una alianza previa con el presidente Pastrana, este elegido del CD tendrá que enfrentarse en una consulta con la candidata Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez.
Esto tendrá lugar el 11 de marzo, pero mientras tanto Duque anda recorriendo el país, considerándose el escogido. Más aún, en compañía de Uribe. Duque le teme a Marta Lucía Ramírez, quien tiene consigo una experiencia muy importante en la política colombiana, ostenta dos ministerios, experiencia en el Congreso, Embajadora de Colombia en el exterior, tiene el alma limpia y dos millones y medio de votos en la campaña presidencial anterior. Votos que le caerían de perlas a este gran partido del CD. 
Creo que con estas referencias a cada uno de estos seis candidatos doy un paseo objetivo sobre lo que es y serán los resultados electorales finales.