Es fundamental que comprendamos que hay ciudadanos de organizaciones campesinas, indígenas, afro-descendientes y comunales, entre otros, que dedican su vida a convertirse en la voz de sus comunidades, sobre todo de aquellos territorios en donde el Estado sigue ausente, que velan por el cumplimiento de los derechos humanos, que promueven la defensa del medio ambiente exigiendo, además, la sustitución de cultivos, que estimulan la participación para lograr convivencias pacíficas, y poder construir y consolidar una democracia.
Es fundamental que comprendamos que estos ciudadanos se convierten en el hontanar de sus comunidades, son la simiente de los saberes ancestrales, son esperanza de vida digna.
Es fundamental que comprendamos que estos ciudadanos saben que en este país se vuelve una contradicción de términos dejar de actuar, cuando se reconoce que la exclusión, la inequidad, la injusticia, la insolidaridad, la pobreza campean el territorio colombiano.
Es fundamental reconocer que aunque estos ciudadanos tienen miedo, siempre están ahí, en primera fila, ondeando la bandera de la dignidad y el amor por la vida; pensando siempre en un mundo mejor y cultivando nuestra humanidad.
Es fundamental comprender que la defensa de la vida no se debe ideologizar. Esto, porque de las innumerables crisis sociales generadas por políticas económicas neoliberales, ha emergido la respuesta de movimientos sociales que buscan repolitizar lo social y pensar, a partir de un nuevo libreto, el rediseño de las demandas que pertenecen al dominio de los derechos por la vía de la cultura y la política.
Es necesario y urgente comprender que estos ciudadanos que se juegan su vida en el diseño de sus organizaciones campesinas, indígenas, afro-descendientes y comunales, muestran con evidencias empíricas la multiplicidad enriquecida de infinitas posibilidades, para que los demás ciudadanos adquiramos un compromiso responsable y serio con la historia misma.
Por todo lo anterior, y como vocero de La Paz Querida, Capítulo Caldas (lpqcc), y siendo coherentes con nuestras declaraciones públicas, nos solidarizamos con todas las víctimas del conflicto armado; pero, muy especialmente, con los líderes sociales quienes vienen siendo, de manera sistemática, asesinados y amenazados.
Los miembros de lpqcc instamos al Gobierno nacional para que haga presencia efectiva y eficiente, en todos los rincones del territorio colombiano; el mismo llamado hacemos a los gobiernos departamental y municipal para que, junto con los empresarios y la sociedad civil asumamos, juntos, una férrea defensa de los ciudadanos que buscan construir un país mejor y más humano.
Los miembros de la lpqcc le pedimos a la fuerza pública del Departamento de Caldas y del Municipio de Manizales que revisen y rediseñen procesos y protocolos operativos más acordes con los nuevos escenarios que generan los movimientos sociales, en aras de que se garantice la seguridad ciudadana, al igual que el respeto por los Derechos Humanos y se logre una vida digna y una convivencia pacífica.