La posición del Gobierno sobre la posibilidad de la ayuda del sector privado al urgente y clave proceso de vacunación, para que alcancemos como país la inmunidad de rebaño, puede ser más proactiva. La verdad es que los ofrecimientos de grupos muy importantes de empresarios no han tenido todo el eco esperado en el Gobierno. Sin embargo, algo se ha dado en las últimas semanas con la mesa de diálogo y el borrador de la reglamentación por parte del ministerio de Salud. Al escribir esta nota todavía no había aparecido la respuesta a las observaciones de los privados al primer borrador de la reglamentación oficial.
Es fundamental que los privados ayuden al proceso de vacunación, no para saltarse la fila de prelación que han establecido las autoridades, sino para acelerar el proceso de vacunación. Como país necesitamos que los maestros sean vacunados rápidamente, que podamos asegurar que más personas vulnerables puedan tener la protección, en fin, debemos buscar esa inmunidad. Qué bueno que las autoridades asuman el tema con la diligencia que exige este momento de la pandemia.
El primer borrador de la reglamentación tenía una serie de obstáculos que muy difícilmente podrían permitir que los privados la aceptaran. Mencionemos tres: Unas pólizas de seguros que se solicitan no existen en el mercado; se deja en los privados la responsabilidad por lo que pueda ocurrir con la vacunación, lo que es muy inequitativo, cuando se haría con vacunas que son autorizadas por las mismas autoridades; finalmente se ata la posibilidad de negociación de los precios a los mismos que realizó el Estado, lo que es muy complicado por los volúmenes que le permitieron al Estado obtener los precios que negoció, es realmente curioso que el Estado trate de regular los precios de las nuevas negociaciones de los privados, ellos lo harán con su dinero y las van a comprar no para revenderlas, sino para ponerlas en el sistema de vacunación nacional. ¿Será que el Gobierno quería decir no a la ayuda y lo que hizo fue poner unas condiciones imposibles de aceptar? Esperamos que no.
Los principios que deberían regular esta ayuda de los privados deben ser muy claros, y de resto, no poner talanqueras. Creemos que debe ser un aporte para acelerar el proceso de vacunación nacional. Segundo, obviamente de manera gratuita. Tercero manteniendo las etapas y prelación de las poblaciones a vacunar. Cuarto usando los canales ya establecidos en cada municipio para la aplicación, hay que potenciar los resultados de la infraestructura que se ha ido consolidando.
Seguramente, para algunas regiones del país donde los problemas logísticos son muy serios, bien valdría la pena que los privados pudieran ayudar al Gobierno en el diseño de esquemas para enfrentarlos.
Esta situación que estamos viviendo requiere unir los esfuerzos de todos. No es el momento de celos, de rivalidades o mucho menos de soberbia. Es el momento de actuar todos con un sentido de país.
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