Los estudiosos de los efectos derivados de la actual pandemia han identificado cuatro períodos u olas, que se presentan en forma secuencial en el tiempo. La primera ola está caracterizada por la mortalidad y la morbilidad directas generadas por el covid-19; en la segunda ola se evidencia una restricción en los recursos de salud para atender a personas no afectadas por el covid-19; en la tercera ola encontramos una interrupción de atención de quienes padecen enfermedades crónicas; y finalmente la cuarta ola acarreará que los individuos empiecen a manifestar trauma psicológico, enfermedad mental, daño económico y por ende un agotamiento. Por ello, es la importancia de ver la realidad, más allá del covid-19.
Toda situación que afecte nuestra salud física, siempre tendrá incidencia en nuestra salud mental, la cual está definida como un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y la interacción, que permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida cotidiana, establecer relaciones significativas y contribuir a la comunidad.
Pero la pandemia no solo ha afectado la salud mental de quienes han padecido los rigores del covid-19 o a sus seres cercanos, sino que también está generando un impacto colectivo. Muchas personas (infantes, adultos y mayores) ya presentan manifestaciones como depresión, ansiedad, insomnio, fobias, entre otras. Por ejemplo, para los adultos mayores adicional a lo anterior, experimentan sentimientos de soledad, temor a morir, deterioro cognitivo y social. Y para quienes padecieron covid-19, están manifestando trastorno de estrés postraumático, estigma y culpa.
Pero estas situaciones pueden ser mitigadas con los sentimientos que también se forjan en el seno de los colectivos sociales. En respuesta a lo negativo, mucho trabajarán por que emerja un sentimiento de responsabilidad y cuidado frente al otro, en donde se valore y reconozca la conexión social y germinen valores positivos como la solidaridad, la empatía, la unión y la conciencia social.
La pandemia representa un punto de inflexión, que conlleva una serie de eventos complejos que tienen y tendrán importantes repercusiones en lo biológico, lo psicológico, lo social, lo político, lo económico, lo educativo, lo religioso, lo cultural y en la civilización. Y si tomamos amplia consciencia de ello, marcará un punto de inicio que cambiará nuestra vida de relación, nuestra manera de ver y vivir el mundo, y nuestras ideas acerca de los otros.
Todos tenemos que entender que la interdependencia que existe entre cada una de las partes y entre los sistemas que pretendíamos independientes, nos mostrará nuevas rutas y oportunidades, nos llevará a reflexionar sobre el futuro, en donde debemos actuar solidariamente, de manera altruista y generosa en torno al cuidado y respeto por los otros, por nosotros y el medio en que vivimos. Esta interdependencia es expresión de la ecología integral, donde todo está conectado con todo.
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