La esperanza práctica, como dice Martha Nussbaum, es lo que necesita un inicio del año, que coincide con la llegada de nuevos funcionarios a las administraciones departamental y municipales: Y decimos que se trata de una esperanza práctica, no de la idealista o ingenua, sino de la esperanza que se concreta en la transformación de la realidad, buscando el bien común
Y en efecto, el nuevo gobernador y el nuevo alcalde de Manizales, prometen más en lo social, ambiental y en materia de transparencia. Y esto da esperanza en un mundo que quiere más equidad, más oportunidades para todos y cuidar el medio ambiente. 
Carlos Mario Marín, el nuevo alcalde de Manizales, ha demostrado que es capaz de realizar cruzadas sociales, llenas de entusiasmo, pasión, para defender lo que ha considerado el medio ambiente, lo que es muy positivo, hace algunos días una de las encuestas de redes sociales era sobre cuál era el hecho más destacable de década, y uno de los que encabezaba la lista es precisamente la conciencia ambiental. Pero ahora como alcalde debe mantener un equilibrio en la pasión. Prudencia sería la palabra clave para Carlos Mario. Y muy importante que oiga a todos los grupos de interés, y que acerque a los empresarios a los proyectos de la alcaldía. Y que sume a todos los que quieran trabajar por la Manizales más competitiva y que mantenga la calidad de vida que la está haciendo diferencial con las grandes ciudades que aquejan incomodidades muy fuertes para sus habitantes. Y que siga montando en bicicleta, y mantenga su libertad, pues la consistencia es una de las muestras de la autenticidad.
A su turno, Luis Carlos Velásquez, ha mostrado una línea de continuidad con la buena Gobernación de Guido Echeverri, tal como ha ocurrido en otros cambios como en la alcaldía de Barranquilla, o la gobernación del Valle. Y esto es bueno, además, porque Luis Carlos ha sabido congregar distintos sectores, además de los que originalmente lo apoyaron. La ratificación de Luis Roberto Rivas en la Industria Licorera de Caldas fue una buena decisión, por los resultados que viene dando la empresa en manos de Rivas. La experiencia de Luis Carlos en el sector de las organizaciones no gubernamentales y del sector privado, le dan la posibilidad de articular mucho. Así como es Arquitecto, deberá diseñar nuevos esquemas de participación, lo que podríamos llamar arquitectura social.
Generar, propiciar, sembrar la esperanza es fundamental para las democracias, gracias a ello, se ven dinamizadas y lo que es más importante, es el antídoto para el miedo que las cohíbe y las hace replegarse a las sociedades sobre ellas mismas y tomar malas decisiones. Con dos mandatarios refrescantes comienza el 2020 en la región, ¡esperamos que en futuras oportunidades sean también mujeres!