El inicio de los nuevos períodos para alcaldes y gobernadores es un momento muy oportuno para afinar las metas, para revisar los indicadores, compararse con otros departamentos y regiones para ver cómo van las cosas en casa. Este ejercicio lo hacen los nuevos gobernadores y alcaldes en los primeros meses de su gestión y queda plasmado en el Plan de Desarrollo. Para que estos sean oportunos y con capacidad de guiar la toma de decisiones de las nuevas administraciones, es fundamental que se hagan de manera participativa, pero teniendo muy presente los datos duros. Uno de ellos es el informe que anualmente produce el Consejo Privado de Competitividad. Es una revisión de la competitividad departamental que acaba de salir su última edición. Vamos a ayudarnos en sus resultados para puntear algunos aspectos clave para trabajar en el próximo futuro en Caldas.
Uno de los primeros resultados en los cuales a Caldas le va mal, o si se quiere no le va tan bien, según se mire “el vaso medio vacío o medio lleno”, es el de la educación básica y media. Mientras que Caldas está en el ranking general de competitividad en el puesto 8, en este pilar de la educación aparece en el puesto 12. Sigamos los indicadores de este pilar y encontramos situaciones inadmisibles, por ejemplo, en términos de cobertura de la educación está en el puesto 20 en el país. Una vergüenza. Y se desagrega así: estamos en el puesto 20 a nivel de cobertura neta en preescolar. Es una urgencia como departamento revisar la tarea del Instituto de Bienestar Familiar y de las alcaldías en este aspecto. La educación inicial es fundamental, la que llaman de 0 a 5 años es clave por los procesos de estimulación temprana de los niños. Pues, bien, estamos casi en la cola a nivel nacional. En educación primaria estamos peor, de 29 a nivel nacional. En cobertura de educación secundaria estamos en el puesto 21. Hay pues, un problema serio de cobertura de educación, que es fundamental atacar. Y ello implicará hacer inversión en planta física y en recursos.
Una segunda variable que es vital controlar en la formación es la deserción en educación básica y media, que está de 14 a nivel nacional. Que es alta, con un costo muy grande para el futuro de las nuevas generaciones de caldenses, pues serán personas truncadas en su posibilidad de formarse y aportar mayor valor agregado a la sociedad en el futuro. Estamos, pues, empeñando la competitividad de la región y frustrando los sueños de movilidad social de nuestros jóvenes y niños. La deserción es como un cáncer para el sistema educativo. No podemos permitir que niños o jóvenes dejen de estudiar.
La calidad educativa también es medida en este informe de competitividad. En ella Caldas aparece en el puesto 6 en promedio, que es bueno, pues estamos por encima del puesto general del ranking que es 8. Pero ya en los indicadores Caldas tiene un desempeño a mejorar en las Pruebas Saber 11, que estamos en el puesto 13 a nivel nacional. Lo que eleva el promedio de calidad es una buena relación entre número de estudiantes y profesor, porque estamos en el segundo puesto nacional en ese aspecto. Y ello, nos hace pensar en la calidad de los docentes, pues si tienen menos estudiantes tienen la posibilidad de acompañar de manera cercana y de forma más personalizada a los niños y niñas, pero estos no están rindiendo lo máximo según los resultados en pruebas Saber 11. Aquí hay un elemento para que los rectores, secretarías de educación y el mismo Fecode, analicen y evalúen. Y diseñen procesos de mejoramiento a nivel de aseguramiento del aprendizaje. No basta enseñar, hay que asegurar que los niños aprendan.
Y todo esto no es un resultado gratuito. La inversión en calidad de la educación está baja en la región. Estamos en el puesto 17 a nivel nacional. Necesitamos que los nuevos alcaldes y gobernadores estén mucho más conscientes de la importancia de invertir en la educación y esto pasa por los presupuestos que aprueban los concejos y asambleas. Los políticos tienen que valorar más la educación a la hora de destinar recursos.