El cuidado del medio ambiente es una gran responsabilidad de todos. Estamos ubicados en un territorio que es de los que tienen mayor biodiversidad, el primero en orquídeas y aves, a nivel mundial estamos en el puesto 14 en riqueza natural y tenemos el 10% de la diversidad del planeta. Es una gran responsabilidad saberlo proteger y también aprovechar para el bienestar de la humanidad.
Los cuatro principios verdes, enunciados por estudiosos del tema, buscan inspirar ese cuidado del medio ambiente tan necesario ahora que sentimos la fragilidad de los ecosistemas naturales.
Primer Principio: Defender el medio ambiente y asegurar la capacidad de regeneración de la biodiversidad. El conflicto armado generó situaciones complejas en materia ambiental. En primer lugar, la presencia de la violencia dificultó el acceso a ecosistemas valiosos que hoy, en el marco del post-acuerdo, se disponen a abrir sus servicios ambientales a la realización de distintas actividades como la investigación de biodiversidad, la autorización de actividades extractivas de recursos naturales, de turismo, de conservación, entre otras. En este orden de ideas, se debe hacer una evaluación de la fragilidad del ecosistema, de su capacidad de carga para determinar los usos que estos ecosistemas tendrían sin representar una amenaza seria para su sostenibilidad. Por otro lado, los ecosistemas degradados por acciones propias de la guerra, deben ser objeto de tratamiento especial donde prime la restauración natural.
Segundo Principio: Actuar desde lo colectivo en el territorio. Una perspectiva desde la bioeconomía exige la participación distintos actores sociales para garantizar que las acciones diseñadas para recuperar y fortalecer los ecosistemas, desde una perspectiva de sostenibilidad sean, no solo legítimas, sino apropiadas por los agentes sociales encargados de velar por su puesta en marcha, es una forma para reducir las tensiones entre ambiente y sociedad. Las comunidades deben ser tenidas muy en cuenta.
Tercer Principio: Buscar la mejora del bienestar y la equidad social. No puede hablarse de sostenibilidad, de protección a ecosistemas valiosos, de corrección de impactos ambientales, de mejoramiento de la relación entre sociedad y naturaleza, si el elemento humano carece de condiciones materiales mínimas para vivir en condiciones de dignidad. Pese a la reducción de la pobreza en el continente, la desigualdad todavía está lejos de superarse, con lo cual se mantiene el riesgo de una mayor segregación social que lleva a la ocupación e impacto negativo de territorios ambientalmente frágiles. Manizales es un ejemplo de ello con los barrios frutos de invasiones históricas de gente sin casa.
Cuarto Principio: Uso de recursos renovables y energías limpias para evitar la destrucción y contaminación de los ecosistemas. Los estados asumieron un compromiso de contrarrestar los nocivos efectos del cambio climático, se han acelerado las investigaciones y desarrollos de productos innovadores libres de emisiones de gases de efecto invernadero. Preguntarnos siempre por el nivel de gasto de energía es una manera de proteger el medio ambiente. En la canasta energética se priorizan por limpieza y entre mayor presión haya en el consumo más se recurre a las fuentes menos limpias. Las empresas deben, a su vez, pensar en la autogeneración de energía.
Cuatro principios que pueden dinamizar una nueva forma de salvaguardar la sostenibilidad de nuestro planeta.
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