Manizales fue una ciudad pionera en el transporte desde la segunda década del siglo pasado, distinción que alcanzó por la necesidad de comercializar internacionalmente el café, nuestro producto insignia por décadas, tanto al Atlántico como al Pacífico, impulsando la construcción de dos obras colosales e icónicas: el Cable Aéreo, inaugurado en 1922 y el Ferrocarril de Caldas, cuya primera locomotora, la “Zapata”, llegó en 1927 a donde está hoy la Universidad Autónoma de Manizales.
Estas dos obras, no sólo han sido hitos desde el punto de vista del tesón y la visión de una raza, sino que sirvieron, posteriormente, para el desarrollo industrial de la ciudad y de la región. Luego de 1930, el país se embarcó en la construcción de diferentes carreteras y los camiones reemplazaron, en la década del 60, ambos medios de transporte que eran, entre otros, favorables con el medio ambiente.
Hoy, 60 años después, el país clama por un transporte menos contaminante y más amigable con la naturaleza y con los ciudadanos. Por esta razón, de una manera cíclica, volvemos a pensar en que tanto el cable aéreo como los ferrocarriles, son las mejores soluciones para el transporte de pasajeros y de carga.
El alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín, planea mejorar la movilidad de los ciudadanos en sintonía con el medio ambiente. En este sentido, el cable aéreo se convierte en la mejor opción de movilidad, teniendo en cuenta que su operación no genera polución.
Un estudio presentado por “Manizales Como Vamos”, en octubre de 2020, reveló que el 63% de los manizaleños utilizan el transporte público, y que dos de cada tres manizaleños utilizan medios de transporte sostenibles como la bicicleta, además de caminar. En el 2019, del total de pasajeros movilizados diariamente, el 60% se transportan en buseta, el 19% en buses, el 17% en colectivos y el 4% en Cable Aéreo.
Los cables aéreos son un proyecto importante para la movilidad de la capital caldense, y de relevancia en el desarrollo del Área Metropolitana de la subregión Centro Sur. Esta será una importante herramienta de trasformación social y de desarrollo económico para Chinchiná, Villamaría, Palestina, Neira y Manizales, que en conjunto suman 607.919 habitantes.
Los desafíos sociales, ambientales y económicos en materia de movilidad son evidentes, necesarios y urgentes como lo manifiestan Mahmoud Mohieldin y Nancy Vandycke en su artículo “Movilidad sostenible para el Siglo XXI”. Nuestro desafío, además de conformar la séptima Área Metropolitana del país, es contribuir con el desarrollo de proyectos estratégicos para la reactivación económica del departamento y superar los efectos económicos y sociales negativos del Covid-19.
El Plan de Desarrollo de Caldas, Unidos es Posible, fundamenta su estrategia en la convergencia de proyectos regionales y en una unidad administrativa, social y política del departamento, que priorice a los ciudadanos a quienes nos debemos, más en tiempos difíciles como el que estamos viviendo.
Convalidando esa visión del Plan de Desarrollo de Caldas, convoco a las fuerzas vivas de la región, a los alcaldes, concejales, diputados, congresistas, empresarios y líderes sociales, para que acompañemos y rodeemos la iniciativa del Cable Aéreo y unidos aportemos para que el proyecto sea una realidad y un sueño cumplido.
Nuestro propósito fundamental es contribuir a un departamento próspero y ajustado a las nuevas realidades sociales, incluida su capital Manizales. Auguramos éxitos para que el proyecto de Cables Aéreos sea una realidad, somos conscientes de todos los efectos positivos que traerá para la ciudad.
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