Una de las dificultades de los músicos en Colombia, además de no tener fácil acceso a lugares en donde ensayar, sobre todo en grupo, es ser odiados por sus vecinos. Son pocos los que no protestan al oír acordeones o baterías a todo taco. Por fortuna para ellos y para nosotros, en Colombia existen unas personas, contadas con la mano, que prestan sus casas con piano para que los músicos ensayen. Desde la antigüedad en Europa y en Estados Unidos se hacen ensayos en residencias particulares. Mucha de la música del siglo XVIII y XIX se escribió para ser tocada en las casas, en épocas en donde no había televisión ni radio.
En Bogotá hay tres casas de familia con piano que permiten que los músicos ensayen: una, en el barrio Santa Ana, que tiene un pequeño auditorio; otra, en el barrio La Soledad, en donde los ensayos se hacen para los amigos del dueño y otra, también al norte de Bogotá, de la familia de un melómano que construyó ahí mismo una sala de conciertos. En otros países me dijo el pianista Felipe Calle, quien trabajó en la organización Musical Upcoming Stars in the Classics (M.U.S.I.C.), una iniciativa en Cleveland, Ohio, que conecta a los músicos con los dueños de las residencias con piano para poder ofrecer conciertos, hay variedad de lugares para ensayar e incluso alquilan los instrumentos por horas. “En Estados Unidos hacer ensayos con público en lugares privados es normal. Aquí el problema es que casi nadie tiene piano y las cosas se complican por la seguridad”.
En Colombia, estos ensayos públicos (funcionan igual que los conciertos), aunque tienen énfasis en música clásica, van desde cantos gregorianos hasta música persa. En Santa Ana, 50 personas se reúnen, dos veces al mes, desde hace 20 años y la plata ($35.000 por persona) que se recoge en cada recital es para apoyar a los músicos. Felipe, el pianista que más se presenta en ese lugar estudió en el Cleveland Institute of Music en Estados Unidos, es uno de los pianistas más talentosos y activos de Colombia y ha participado como pianista acompañante en eventos en Canadá, Luxemburgo, Viena, Italia y ha recibido clases magistrales con Martín Katz, Elly Ameling, Margo Garrett y con los solistas de la Academia de Música Antigua de Berlín.
En su último concierto fue el pianista acompañante de Ricardo Puche, el músico ganador en la categoría de joven intérprete con el contrabajo, del concurso que existe desde 1985 organizado por el Banco de la República. Se presentaron en la sala de conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, una de las mejores de Latinoamérica y el referente más importante que tienen los músicos en Colombia, como premio por haber ganado el concurso. Desde hace 34 años, han pasado por esa sala algunos de los mejores intérpretes de música clásica y no clásica en Colombia como Valeriano Lanchas o Gaspar Hoyos. Hacía diez años que no había un recital de piano y contrabajo en Bogotá en esa sala y esa noche se llenaron 100 sillas de las 300 disponibles “Es triste que la gente no asista porque es un gran esfuerzo”.
La opción de hacer ensayos con público en casas es vital para llegar a las presentaciones más seguros. Por eso mismo, el pasado domingo Felipe estuvo ensayando en Santa Ana con 4 cantantes de ópera que van al concurso María Callas en Sao Paulo y dentro de ocho días va a tocar, en ese mismo lugar, con Lácides Romero y su acordeón interpretando a Haendel, Grieg, Dvorak y Haydn. ¡Anímese a vincularse a esta iniciativa, de hacer conciertos en casas, porque además de apoyar, va a disfrutar de la música que fue hecha para estos ambientes y de la cercanía con los intérpretes!
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