Zapping 2.0
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“Un robot no puede hacer daño a un ser humano… o si?”
El tema de los robots ha sido fascinante y desde hace muchos años nos han acompañado en el cine y la televisión, el tema lo he abordado en otras columnas en las que hice alusión a series como Westworld (que ya está presentando el tráiler para su tercera temporada en 2020) y películas como Terminator. Es precisamente en Westworld donde se ha encontrado una referencia que se ha repetido en muchas otras historias y es el encuentro de una especie de conciencia en los androides. Si bien descubrimos que dicha conciencia en la serie era un programa determinado, otras series como Humans nos la presentaron como parte de la una evolución que inclusive los ha llevado a preguntarse acerca de la existencia de Dios. Ya un clásico del cine como Blade runner nos presentó androides que parecían tener sentimientos y ni que decir de la adaptación de Yo, robot que de pronto se decantó más por la acción que por el precepto del libro en que se basaba. Pero a medida que vemos el gran avance de la tecnología robótica se hace aterrador el hecho que parece que esa ficción se va acercando más a la realidad de lo que nos podemos imaginar.
La serie rusa de 16 episodios que se ha estrenado en Netflix nos trae una historia muy parecida a lo que hemos visto: lo bots están al servicio de los humanos, pero hay uno que se está acercado mucho a la concepción de alma y eso la hace diferente a todos los otros. Con una cuidada producción estamos ante un excelente producto que gracias a unas actuaciones elaboradas y contundentes (me gusta esa palabra) y unos muy respetables efectos nos sensibiliza de cierto modo ante esa diferencia que podría ser una representación de una raza, una ideología, una nacionalidad. Si hacemos un paralelo entre nuestra realidad lejos de los androides pensantes, el miedo de algunos protagonistas ante esos seres diferentes no se aleja demasiado a sentimientos como la xenofobia o el racismo. Vale la pena analizarlo desde dicho punto de vista y si usted cree que la ciencia ficción es sólo eso, pues les cuento que es una forma de representar el mundo en que vivimos. Definitivamente tenemos que pensar que esa tecnología abrumadora que nos llegará a dominar ya se está asomando en nuestra cotidianidad; sólo pensar que nuestro celular es un apéndice permanente de nuestro cuerpo ya debería empezar a preocuparnos.
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