Zapping
@leonardopineda
“No es que sea antisocial, ni solitario;
es que conozco la estupidez humana y no me quiero contagiar”
L en Death Note
En la plataforma más importante de televisión paga del mundo se estrenó Death note (algo así como Libreta mortal, si tuviera que traducirlo), una historia basada en un famosísimo manga (cómic japonés) que ya tuvo su versión en vivo hecha en el país nipón. La historia de por sí es bastante aterradora. Un joven se encuentra una libreta con una serie de normas, regida por la presencia aterradora de un dios de la muerte. La libreta funciona escribiendo el nombre de quien quieres que muera y la forma en que ocurrirá, otorgándole un gran poder a su guardián. Empezando por dos personas, el protagonista se da cuenta del enorme poder que tiene en sus manos, pero poco a poco todo se va complicando cuando hay que implicar a aquellos que no quisiera ver morir.
Esa historia dibujada de manera magistral en sus presentaciones ilustradas surge con una fuerza inusitada en el año 2003. Era tal la acogida de la misma en Japón que se hicieron tres películas y se creó un videojuego basado en ella. Sin embargo, la gente de Netflix siempre pensó en la oportunidad de desarrollar su propia serie de películas que permitieran conectar con los miles de fanáticos occidentales que la siguen fielmente.
El estreno en Netflix recientemente celebrado, tiene a todos de cabeza ante la magnitud que tiene para los fanáticos más acérrimos del manga el hecho que se haya occidentalizado la historia, unos a favor y otros en contra, pero todos viéndola. Esta primera película de la saga hecha en USA deja muchísimo que desear para el conocedor del cómic original, pero para el espectador más desprevenido viene con escenas inquietantes. Esa idea de tener el poder de matar sin tocar a quien quiera que se lo “merezca” es una apología al control absoluto de la existencia. Liberar al mundo de los criminales más peligrosos, los dictadores, violadores, asesinos, eso ha sido un deseo por siglos; pero… ¿Qué pasaría si se pudiera? ¿Seríamos justos y objetivos? ¿No dejaríamos que la ocasión nos permitiera sacar nuestros propios demonios y así ser el objetivo de otro que tuviera el mismo poder y pusiera su nombre en su Death note? Además está la sentencia más importante: Si acabas con todos los criminales del mundo, el único criminal serías tú. Ese peligroso poder de tener la vida de otro entre manos debe ser aterrador a la hora de tomar una decisión sin temor a equivocarse como podría pasar con los jueces y los jurados. El poder matar se convierte en el poder morir cuando este es cedido al otro bando. Cómo todo quedan faltando cosas y sobrando otras, además muy pocos saben del auge de Death note y todas sus implicaciones morales y culturales en Japón, por lo que traerlas a occidente es arriesgado precisamente por esa falta de misticismo que tenemos en nuestra cultura. Una película interesante y bien lograda, que con un tema tan escabroso podría llegar a ser bastante moralizante.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015