Al contemplar La Gioconda, de Leonardo da Vinci, llama la atención esa serenidad de su rostro, esa mirada soslayada, esa sonrisa enigmática y esas manos posadas sobre el brazo de una silla de madera. ¿Por qué este cuadro se convirtió en referente constante del arte pictórico? El biógrafo Giorgio Vasari lo explica: “Porque tiene un gesto tan agradable que resulta, al verlo, algo más divino que humano”. El pintor renacentista puso en este retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, la imaginación necesaria para lograr un óleo sobre lienzo perfecto. Vasari dijo que la calidad de la obra está “en su proximidad a la realidad y en su carácter mimético”. Da Vinci se valió de lo que se llama imaginación creadora para lograr en esta pintura perfección artística.
¿Qué es la imaginación creadora? Los conceptos son variados. En su libro La poética del espacio Gastón Bachelard la califica como una experiencia estética que conduce a la creación literaria. El filósofo francés dice que esta toma vida “cuando la imagen surge en la conciencia como un producto directo del corazón, del alma, del ser del hombre”. Platón, por su parte, sostiene que es una relación entre la sensibilidad, la imaginación y el intelecto. La imaginación creadora es la capacidad intelectual que permite la creación de obras literarias, pictóricas o musicales. Es decir, es lo que mueve al escritor, al pintor, al músico, al científico, al inventor y al poeta a plasmar sobre un papel o un lienzo lo que le brota del alma. Es una fuerza eficaz para manifestar a través del arte lo que produce el cerebro.
Un escritor caldense acaba de publicar un ensayo titulado, precisamente, La imaginación creadora. Es un libro donde aborda un tema que ha llamado la atención de los epistemólogos. Esta puede transformar la realidad con los recursos propios de la imaginación, mediante el ejercicio liberador de la razón, dándole sustento científico. Su autor, Jorge Eliécer Triviño Rincón, obtuvo mención de honor en un Concurso Enka de Literatura Infantil con la novela Ricardo caracol, un relato donde un niño dialoga en un bosque con las aves. Ha publicado Ronda de la vida y Rosa la luciérnaga, El primero es un libro infantil donde, en versos cortos, narra las aventuras de una abeja mensajera, los sueños de un grillo flautista, el vuelo de una libélula y el peregrinaje de una hormiga, entre otras fantasías imaginarias.
En La imaginación creadora Jorge Eliécer Triviño se revela como un investigador profundo en temas de creatividad literaria, musical, pictórica y científica. Para explicar qué es la imaginación creadora y cómo se desarrolla el proceso de creación artística investigó con una pasión admirable la historia del arte en todas sus expresiones. Remontándose al origen mismo de la palabra imaginación, encuentra que la mente tiene poder para crear imágenes y, así, darles vida a mundos imaginarios, a pinturas imperecederas, a notas musicales que sobreviven al óxido del tiempo y hasta a inventos que transformaron la vida del hombre. Todo en una prosa bien manejada, con oraciones bien construidas, en un lenguaje que no obstante tener connotaciones científicas se hace entendible para el lector.
El desarrollo que ha tenido el mundo se debe a la imaginación. Si julio Verne no hubiera escrito De la tierra a la luna, el hombre no habría conocido este satélite. Si Cervantes Saavedra no hubiera utilizado su imaginación para escribir El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, la humanidad no habría conocido las desventuras del caballero andante. Si Beethoven no hubiera compuesto La Novena sinfonía, el mundo se habría privado de conocer una de las más bellas piezas de la música clásica. Si Albert Einstein no hubiera descubierto la teoría de la relatividad, la ciencia no habría entendido la evolución del universo a través de la física. Con su libro, Jorge Eliécer Triviño nos da luces para comprender hasta dónde ha llegado la humanidad gracias al poder de la imaginación creadora.
El pensamiento positivo de las más claras inteligencias, ese que produce los descubrimientos científicos y los adelantos tecnológicos, ese que nos hizo entender la grandeza de un Nicolas Copérnico cuando sostuvo que la tierra giraba alrededor del sol, ha hecho posible que la humanidad alcance un alto grado de desarrollo. La imaginación creadora es el motor que ha acelerado el crecimiento espiritual de una sociedad y, al mismo tiempo, ha proveído las herramientas para construir un mundo mejor. Jorge Eliécer Triviño nos enseña, con su libro, que en la mitología griega, Iris, a quien en La Ilíada Homero describe como mensajera de los dioses, es la representación de la imaginación creadora. Las ideas son semillas que se hacen fruto cuando evolucionan en el cerebro a través de la imaginación.
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