Se ha expresado en  innumerables oportunidades, por casi todos los ciudadanos que ostentan la oportunidad de manifestar públicamente sus conceptos, en el sentido que la educación es un  tema fundamental para el desarrollo de los pueblos. Se agrega, que en adelante todo es posible. 
Esta afirmación también  la hacen los padres  y todos aquellos que sienten la importancia de tener un sistema educativo que les permita a quienes estudian ser cada vez mejores, en un mundo  a cada instante más exigente.
La ciencia, la tecnología, la pedagogía  y la evolución de los pueblos comenzaron a requerir  de un docente especial, en la medida de la ausencia natural del mayestático e inolvidable profesor, convertido en maestro no por casualidad sino por su  completa y reconocida larga trayectoria. 
Las Escuelas Normalistas eran insuficientes y comenzaron a aparecer las  universidades y Escuelas de Educación dedicadas a preparar inmejorables  docentes, a pesar de la oposición de muchos.
Afortunadamente se impusieron y se constituyeron, y así perduran, como núcleos esenciales en el proceso educativo que requiere de personas  cada vez más comprometidas con la sociedad, para preparar mejor a las juventudes. 
El hogar, sitio primario e indispensable para la formación e inicio de la instrucción es cada vez menos suficiente la participación de los padres, por razones que muchas veces son ajenas a la querencia de ellos.  
Así, los padres delegan las labores en  los centros educativos estatales y privados. Las instituciones aportan los profesores,  que son lo fundamental; las normas; los insumos y facilitan el proceso  para preparar a quienes les son encomendados
Algunos procesos educativos son luminosos en los resultados. En Caldas,  hay varios ejemplos que enorgullecen. Otros dejan muchas dudas en cuanto a sus beneficios, entendido que una parte importante de los éxitos o fracasos de la instrucción y formación son medidos a través de la vida de cada persona bajo  responsabilidad individual.
El sábado pasado en El Tiempo, el periodista Mateo Chacón Orduz presenta y analiza los resultados  a nivel nacional de las Pruebas Saber Pro 2019, realizadas por el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación, ICFES.  Los datos informado son puntajes promedios globales, obtenidos por los próximos profesionales de las Escuelas de Ciencias de la Educación, los cuales en dos de tres indicadores mayores son los más bajos entre 8 diferentes programas de ciencia, tecnología y arte.
Si la prueba está bien diseñada, y no hay elementos para pensar lo contrario, se impone una reflexión crítica inmediata  porque  no se puede continuar con la preparación  de los profesores con los resultados exhibidos. Las universidades, sus escuelas, los docentes, los estudiantes y la sociedad con sus centros educativos, deben abordar el estudio y plantear soluciones. Estos resultados son injustos con el país.
 La primera pregunta que se desprende es: ¿Cómo ha sido la evaluación de los programas por las autoridades competentes? 
Luego se desprenden infinidad de cuestionamientos que el autor del análisis insinúa, comenzando por la calidad, medida bajo diferentes aspectos, de los estudiantes que ingresan a estos programas. Pero también se debe indagar: ¿Cuál es la calidad de los docentes universitarios y normalistas? ¿En cabeza de quienes están ahora la preparación instructiva y formativa de los estudiantes colegiales? ¿Con estos resultados se obtendrán cada vez mejores ciudadanos?
Hay otros interrogantes que imponen a todas las universidades y sus Escuelas que  tienen la responsabilidad de preparar docentes asuman  el compromiso de revisar los resultados frente a sus propios programas para lograr universalmente un docente de inigualables calidades. Todas están en capacidad de ser las mejores.  
Nota: Manizales  Ciudad Universitaria, está por encima de cualquier vínculo pasajero.