Han pasado doscientos años de las batallas del Pantano de Vargas y de Boyacá, durante el Virreinato de la Nueva Granada. Fue la continuación de un largo proceso desde cuando llegaron los descubridores a Santa María La Antigua del Darién, 1510. De allí seguiría un período de 300 años hasta llegar a 1810 con el inicio de la independencia que no ha terminado aunque sí finalizó la dominación española durante los siguientes años del siglo XIX.
La historia de la medicina, como las otras, no puede aislarse de la general ya sea territorial o de la humanidad, por cuanto aquellas están inmersas en éstas y tienen relaciones estrechas, desde el principio hasta el fin con el cataclismo total. Un corte transversal sería un final artificioso.
La medicina en la Nueva Granada poseía influencia francesa, la cual tenía bases inglesas, alemanas, holandesas y helénicas, entre otras, y se fue reemplazando hasta la primera mitad del siglo XX cuando emerge con fuerza la medicina norteamericana.
Ha sido descrita la primera clase de medicina en el Virreinato dictada por Rodrigo Enríquez de Andrada -1653- proveniente de la centenaria Escuela de Alcalá de Henares.
En aquellas fechas de héroes, la medicina científica se ejercía bajo el influjo de los médicos formados en España, Francia e Inglaterra y apenas comenzaba, luego de los intentos de José Celestino Mutis, la instrucción médica en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario -1760-; y las universidades Nacional -1870-, Antioquia -1871-, Cauca -1835-, y Cartagena -1827. Hoy existen en Colombia más de 60 Escuelas de Medicina en funcionamiento.
Sin embargo, los neogranadinos y colombianos, -Congreso de Angostura 1811 y de Cúcuta 1821-, podían ir a Europa, Antonio Vargas Reyes -1842, o a Caracas a estudiar Medicina. La primera mujer médica Colombiana y latinoamericana que estudio medicina se graduo en Suiza en 1.877: Ana Galvis Hotz
Apenas en 1838, el prusiano Theodor Schwann enunció la teoría y demostró la célula animal: Hoy, el ácido desoxirribonucleíco, ADN, tiene la información celular esencial, comparativamente como la distancia del sol a Neptuno. Solo en 1860 Pasteur demostró fehacientemente la inexistencia de la generación espontánea.
Cuando se descubre el velo de lo conocido en medicina en esa época, especialmente en Europa, se puede comprender el alcance de lo que sea logrado y creía inverosímil. Lo que hoy ocurre será ridículamente simple comparado con lo que se tendrá en el 2219.
Durante el primer cuarto del siglo XIX, así como en la actualidad, el talento humano era fundamental y los postulados hipocráticos se cumplían en firme, así permanecerán por décadas, ajustándolos al ejercicio moderno de la ciencia médica.
Medicina y cirugía aún se ejercían por separado, recordar Marmato, y alrededor de 1810-1820 se fueron integrando en un solo personaje, hasta llegar al 2019, con un médico único pero con Escuelas que hacen énfasis en medicinas, por ejemplo: Clínica, preventiva, tecnológica y administrativa. Otras enfatizan en cirugía, pero salvo las especialidades y supra especialidades, al profesional egresado le limitan su ámbito de acción por decisiones incomprensibles del Ministerio de Educación.
La tecnología entre 1819 y hoy no tiene comparación. Las diferencias son abismales, comenzando por los equipos mecánicos, electrónicos, nucleares e instrumentos manuales. De las pinzas, tijeras y palancas se ha pasado a la ciencia robotizada y a la nanotecnología, llegando ahora a las pico-femto y atto tecnologías. De largos y complejos procesos se ha arribado a resultados instantáneos.
La terapia pasó de pócimas, emplastos, enemas y tomas, a medicación específica y controlada. Un avance irreversible y fantástico.
La infraestructura ha tenido un cambio radical. Hasta finales de la década de los 70 existían hospitales con la distribución francesa, que eran sinónimo de humanitarismo, con grandes salas de techos elevados y camas en fila, escasas ventanas, puertas amplias, pisos lavables, lavamanos ausentes o uno por ambiente y mamparas de tela blanca. Los edificios modernos son totalmente diferentes, con distribución y entornos propicios para combatir la soledad y la desesperanza, hasta lograr la paz.
En esa época, más del 99,9% de los médicos eran hombres, ahora en las Escuelas de Medicina más del 50% de las estudiantes son mujeres.
Existen enfermedades que han debido desaparecer, como el paludismo y aparecen conceptualmente nuevas como el Síndrome de Desgaste, ahora reconocido por la OMS.
Nota: Manizales, felizmente universitaria.
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