Exhibiendo cual trofeo de caza la cabeza de la exministra de Educación Gina Parody para ambientar su campaña discriminatoria, irrespetuosa y sucia y, con el ánimo de “amedrentar” al alcalde de Manizales, un señor paradójicamente de apellido Ángel, amenaza con hacer todo lo que sea posible para lograr su destitución si no revoca en el término de la distancia el nombramiento de Matilda González Gil a quien eligió para liderar la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género.
Muchos son, a mi juicio, los mensajes asertivos de Carlos Mario Marín desde su posesión como alcalde de la ciudad, el hecho de haber tomado el juramento de su cargo en la Universidad Autónoma a la cual llegó en bicicleta, la selección de un gabinete experimentado y muy especialmente el nombramiento de una mujer transgénero en su equipo de trabajo, significan entre otras cosas, su decisión de hacer un gobierno incluyente y democrático.
Pero el sector más retardatario de la sociedad y los oportunistas políticos de siempre, están tratando de sabotear un nombramiento, el de Matilda, que está llamado con otros similares en el país, incluyendo los de elección popular, a convertirse en inequívocos ejemplos de civilidad, dado el aporte pedagógico para la sociedad que conlleva la paradigmática decisión.
Pienso en cómo ha sido la dificultad de alguien que ha buscado la libertad en un entorno plagado de prejuicios, machista y homofóbico, que ha experimentado, seguramente, un intenso debate interior, además, supongo, del librado en la familia y el que aún se sigue presentando con la sociedad para finalmente salir airosa y asumir el rol propio de su género, todo esto mientras se cualificaba intelectual y profesionalmente, y trabajaba en cargos que le han permitido entender los asuntos que ha de batutear como Secretaria de Despacho. Una persona que ha seguido este trayecto, que comprende por estos motivos los problemas inherentes a la condición de la mujer y donde la equidad de género ha sido su lucha cotidiana, está ampliamente preparada para ejercer el cargo que le ha sido encomendado.
Otros, paradójicamente también, en nombre del infinito amor de Dios, han decidido juzgar y condenar a una mujer como Matilda, como a muchas otras por distintos motivos, ven en esta elección algo que consideran pecaminoso porque siguen aferrados a un esquema eminentemente heterosexual, o porque escudan sus prejuicios en una hipotética doctrina de la Iglesia, desconociendo las distintas identidades de género y la múltiple diversidad de orientaciones y preferencias sexuales que hacen parte de la especie. Desconocen flagrantemente y, de esto estoy completamente seguro, el mensaje del evangelio y las señales del papa Francisco.
La polvareda levantada por este nombramiento, así como los argumentos a favor y en contra, han sacado a la luz lo más arcaico de nuestra idiosincrasia, sus temores y sus miedos, su resistencia a dejar un pasado que pasó, pero también se han oído y siguen oyéndose voces que dan cuenta del avance político de una sociedad en donde la educación es entendida como el motor del desarrollo. Más han sido las muestras de respaldo y solidaridad con la elección de la secretaria de la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género, que el rechazo y discriminación que algunos pensando con el deseo, aseguraban que se campeaba oronda entre la gente.
Un paso atrás puede devolvernos, con el riesgo de no retorno, al siglo XIX.
Mis respetos señor alcalde.
PD: Propongo que mejor enfilemos las baterías a campañas que redunden en bien de la humanidad, como frenar el cambio climático por ejemplo.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015