Una conversación consiste en situarse en el terreno del otro para conocer de primera mano las razones de sus argumentos y construir una respuesta conjunta que satisfaga, en lo posible, la pluralidad de sus expectativas.
El 95% o más de los analistas políticos que han emitido su opinión en periódicos y revistas de los últimos días, al menos que haya leído, coinciden en afirmar que la conversación anunciada por el presidente Duque es su gran oportunidad para enderezar el rumbo de la administración, pero para ello es necesario comprender que una gobernabilidad eficaz depende de la manera democrática y plural como se diseñen las políticas que habrán de regir los destinos de la nación. Las reformas sociales requeridas por el país deben ser resultado de una amplia concertación que incluya a los miembros más representativos de la sociedad, muchos de los cuales se han manifestado en el paro nacional, las marchas, los cacerolazos y esa franja inmensa que nos sitúa en el contexto universal como uno de los países más desiguales del mundo.
Preso en el Palacio de Nariño, el de los Derechos del Hombre, y en un partido encostrado en sí mismo que le “dispara” dardos continuamente desde los extremos contrapuestos de un movimiento que se debate entre una política de formas más o menos civilizadas y una radicalidad enfermiza que reclama venganza, el presidente vive una realidad paralela que dista de lo que “vulgarmente” se conoce como el ciudadano de a pie, ese personaje anónimo que seguramente por atender el reclamo apremiante de su necesidad, no pudo salir a marchar, que no es representado por nadie, pero sí utilizado por todos y, que configura la otra Colombia, la más numerosa. Asegura que Petro o Maduro, o los dos juntos, están tratando de desestabilizar el país, afirmación de una incomprensible miopía que le impide ver la necesidad de remover unas estructuras que ya desde antes parecieran arcaicas.
No es una lucha entre capitalismo y comunismo, como parece que lo quisieran ver algunos analistas y políticos que siguen anclados en la experiencia de años pretéritos cuando la confrontación entre las dos facciones en que estaba dividido el mundo acaparaba la vida cotidiana; ello para tratar de explicar la beligerancia de un malestar social que recorre la espina dorsal de la América Hispana, porque se niegan a aceptar que las motivaciones que mueven a las masas de hoy radican en el cansancio de saberse idiotas útiles de una élite que trabaja expresamente para mantener sus privilegios, prueba de ello es la aprobación en primera vuelta de la reforma tributaria, ley de financiamiento o de crecimiento económico (eufemismos las dos últimas) plagada de exenciones tributarias para los más ricos.
La clase media ha venido en aumento gracias en parte al acceso, aunque esquivo, a la educación, lo que le ha permitido tomar conciencia de su derecho a participar en la construcción de una sociedad más igualitaria. Este inmenso sector de la población no parece estar dispuesto a perder los beneficios obtenidos producto de su esfuerzo y el de las muchas generaciones que venían detrás.
En este contexto es importante mencionar la cualificación política que han generado los acuerdos de paz. La atención de la sociedad, a pesar de la violencia que aún se mantiene y de la resistencia también violenta de élites cerreras aferradas al poder, cambió el foco de su preocupación, al despertar en la gente el derecho inalienable de ser ciudadanos de primer orden y, eso es justamente lo que está reclamando cuando sale a marchar.
Cerca de Tokyo hay un templo que tiene una imagen tallada en madera que representa a tres simios, el primero de ellos se tapa los oídos, para no oír, el segundo los ojos obviamente para no ver y el tercero la boca para no decir.
Esta parece ser la realidad que estamos viviendo. Nuestra responsabilidad como país con el presidente a la cabeza, consiste justamente en lo contrario: Oír, Ver, Conversar.
A propósito dice una amiga ”Conversar es cambiar con el otro”
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015