Cuando leí en El Tiempo (05/22/2019): “Otro golpe para Casillas, su esposa sufre de cáncer” pensé, la que se viene, ahora las feministas dirán; cómo que golpe para Casillas cuando quien lo sufre es su esposa Sara Carbonero, al parecer un exabrupto, pero como a veces ocurre, ambos entendimientos son justificables, pues, no obstante la evidencia de que la paciente es Sara, al fanático del fútbol, acaso del Real Madrid, le preocupa el dolor de su ídolo Iker Casillas que viene de sufrir un infarto.
A propósito del fútbol y de la disputa sexista sobre la disparidad de trato para el fútbol femenino frente al masculino, me parece exagerado pedir equivalencia pues debe tenerse en cuenta el tiempo de uno y otro. Desde mi adolescencia he jugado o visto este deporte, el Occidental en Riosucio y el Deportes Caldas y el Once Deportivo en Manizales. Pago mi abono para ver al Once Caldas y, por ahora, no iría a ver un partido de mujeres, si al tiempo se emite por televisión un partido del Real Madrid o del Barcelona, el Manchester City, el Liverpool o el Bayer. Es por el espectáculo. Llevamos más de cien años con fútbol, el primer campeonato mundial se jugó en Uruguay en 1930. Este deporte se difundió y se comercializó de tal manera que hay países en los que incluso se cobra por ver la transmisión de cada partido y algunos pagamos Directv para ver los partidos que se transmiten desde Europa. La Champions, la Europa Ligue y la Supercopa le dan a la UEFA 3.250 millones de euros anuales. Los equipos ganan por la transmisión por televisión de sus partidos y el ganador del torneo en 2019 recibió 19 millones de euros. Ese deporte practicado por hombres produce esos ingresos, el femenino aún no, deberá ir escalando en calidad e ingresos, también en torneos, competencia y público que irán llegando con planeación y esfuerzo, como ya ocurre en EE.UU. y en Europa. Como todo lo de ellas, nada les ha sido fácil, se lo merecen, en algunos casos solo por ser mujer con los mismos derechos que el hombre, aun cuando tardamos en reconocérselos y a otros han llegado tarde, por el tiempo que trascurrió sin tenerlos o por la capacitación que requiere, pero una vez puestas en ello llegan los reconocimientos. Pongo por ejemplo lo ocurrido con la administración de justicia. Las mujeres llegaron tarde a la universidad, la Dra. Fanny González Franco contaba cómo ella fue la primera en graduarse en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín en 1958, luego fue la primera en la Corte Suprema de Justicia en 1981, sacrificada en la toma del Palacio de Justicia en 1985. En 30 años las mujeres son mayoría en la rama y por estos días entrevistaban a las Dras. Gloria Stella Ortiz Delgado, presidenta de la Corte Constitucional, Mirta Patricia Linares de la JEP y Lucy Jeannette Bermúdez del Consejo de Estado y en la Corte Suprema ya lo fueron Ruth Marina Díaz y Margarita Cabello Blanco. Desde luego, también en juzgados y tribunales a los que ahora se accede por concurso. Todo sin estridencias, exigencias o cuotas, por méritos.
Pero eso de cambiar por cambiar, como las denominaciones de género que, si se generalizan, llevan al absurdo, como jueza por juez, creyentes y creyentas, microbios y microbias o por miembros y miembras, o uno por uno y una por una y así una larga lista. Se me ocurre que algo de ello tiene la idea de cambiar el sistema de identificación según el cual el primer apellido es el del padre y luego el de la madre, por otro que invierta el orden. Se trata de dar la batalla en todos los frentes, sin aparente ventaja, aun cuando sea cierto que el apellido de la madre siempre está y el del padre a veces falta, pero el sistema ha venido cumpliendo el propósito de identificación y cambiarlo traería desorden. Bienvenidos todos los propósitos de igualdad, pero muy mal ese aire reivindicativo. Todo es perfectible, pero aquí se trata de derruir para construir de nuevo, bienvenida la igualdad, pero a tan querida meta le sobra el ánimo supremacista.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015