La mesa de diálogo con el Eln en Ecuador la acordó el gobierno de Juan Manuel Santos y, no obstante su marcado interés, nunca se logró que los guerrilleros dejaran de secuestrar y de hacer incursiones violentas, al punto que, generaron el cambio de sede, cuando la guerrilla mató a un ecuatoriano, hecho que no fue aceptado por el gobierno de ese país y sí por el nuestro que decidió continuar las conversaciones en Cuba y aceptó así mismo el retiro, por esa u otras razones, del jefe negociador por Colombia Juan Camilo Restrepo. Con esa nueva sede el jefe del nuevo Gobierno de Colombia notificó al Eln y a todo el mundo que no se sentaría a dialogar, ni señalaría delegación alguna para hacerlo, sino cuando la guerrilla diera claras señales de su voluntad de paz entregando los secuestrados y cesaran las acciones beligerantes. Como respuesta, el Eln incurrió en más secuestros y recrudeció los actos violentos.
¿Puede entonces decirse que el gobierno de Iván Duque tuvo o tiene diálogos de paz con el Eln? A mi juicio no, es más, no puede hablarse de que existan diálogos. El Eln envió a Cuba un grupo de guerrilleros y conformó una mesa de diálogo con el Gobierno de Juan Manuel Santos, y aprovechándose de las ventajas que este les dio se mantuvo, no obstante la violación reiterada del acuerdo de no secuestrar. Que mantengan sus delegados en Cuba, una vez posesionado el Gobierno de Iván Duque no permite deducir que exista una mesa de diálogo; como es obvio, se requieren dos y puesto que el nuevo gobierno pone condiciones y estas no se cumplen, no hay diálogo. Es que ni siquiera hay delegados.
Si cuando daba clase de Derecho Civil - Contratos les hubiese preguntado a mis alumnos ¿Si una de las partes pone condiciones y la otra parte no las acepta, hay contrato? Al unísono responderían: No hay contrato. El desplazamiento de los delegados del Eln a Cuba sin cumplir las condiciones puestas por el Gobierno de Colombia, no le da identidad de diálogo. Sentarse a la mesa solos es una parodia que ni siquiera alcanza a ser señal del interés que tienen a dialogar, porque siguen cometiendo los mismos actos violentos cuya suspensión pide su posible contraparte en el diálogo. No se requiere entonces un rompimiento formal para señalar la terminación del diálogo porque este no se ha iniciado. No paso por alto, desde luego, los muy buenos argumentos por los que se arguye que el acuerdo del presidente Santos con la guerrilla solo comprometía a su Gobierno, pero no al Estado, porque no cumplieron con los requisitos de un tratado, entre otros haber sido aprobado por el Congreso.
Cuando luego del acto terrorista ejecutado por el Eln, el presidente Duque le solicita a su homólogo de Cuba le entregue los guerrilleros del Eln llegados allí para un diálogo que no se dio, luego del reconocimiento que ellos hicieron de ser los autores del execrable y sangriento crimen cometido en la Escuela de Cadetes, es una petición que no involucra a los garantes. Cuando las condiciones del diálogo se cumplen y las partes se sientan a la mesa y, luego se rompen, es obvio que deben cumplir los protocolos entre ellos, los que incluyen la garantía de que tendrán un tiempo para regresar en paz a los lugares de origen así el rompimiento haya sido un acto terrorista, pero, sin diálogo el acto violento no es un rompimiento, y la presencia de los guerrilleros en el lugar señalado para los posibles diálogos no puede ser una excusa para delinquir. Por lo pronto, así el gobierno de Cuba apoyado por alguno de los países garantes deje libres los criminales, la parodia de una mesa de diálogo sin contraparte debe terminar y el gobierno colombiano y la comunidad internacional perseguirlos en donde se encuentren, y aun cuando suene utópico, no haya lugar en donde encuentren asilo. Las puertas del diálogo siempre podrán abrirse, pero visto lo ocurrido, no bastará su palabra, incumplida ya en los diálogos con Juan Manuel Santos, sino que primero deberán cumplir las condiciones, y el cumplimiento deberá comprobarse previamente, porque como bien lo señala un dicho popular, al toro y, agrego yo, a todos los seres sintientes, como ahora se dice por los animalistas, solo se la hacen una vez.
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