Siempre he tenido afición por los deportes, no digo jugarlos, que también, aun cuando mal, sino seguirlos. El fútbol, desde luego, el Occidental en mi infancia cuando vivía en Riosucio y luego el Deportes Caldas y el Once Caldas, a lo lejos el River Plate y el Real Madrid; mi pasión por este equipo se intensificó con mi estancia en éste país, eran los tiempos de Hierro y Raúl, luego vinieron Ronaldo Nazario, Figo, Beckam y Zidane, después Cristiano Ronaldo, Casillas, Benzemá, nuestro James y la seguidilla de Champions, el éxtasis aun de lejos por televisión y, la Selección Colombia que es otra cosa, un sube y baja que marea, del 0-5 con el que le ganamos a Argentina a la rápida eliminación en la Copa Mundial de 1994 con la generación de “el Pibe” Valderrama, Faustino Asprilla, Fredy Rincón, Óscar Córdoba, Leonel Álvarez y “el Tren” Valencia, casi que irrepetible, sino fuera porque ahora tocan a la puerta James Rodríguez, Falcao García, Cuadrado, Ospina, Mina, Barrios, Duván Zapata y Quintero. En el fútbol se muere y renace en cada fecha.
Hay un deporte que tiene más dimensión y seguimiento cuando se disputa en sencillos, aun cuando también se compite en dobles, tanto en hombres como en damas. Se trata del tenis de campo que generalmente se juega a tres Sets y cada uno de ellos a quien primero gane seis juegos. Por eso uno lee que fulano le ganó a zutano (6-0 3-6 6-4) por ejemplo. Los profesionales de este deporte hacen circuitos en competencias que confieren puntos según su categoría: 250, 500, 1.000 y finalmente 2.000 en cuatro torneos que se denominan Grand Slam: OPEN de Australia (Melbourne); Roland Garros (París); Wimbledom (Londres) y el US OPEN en New York. Pues bien, en este torneo Rafael Nadal (34 años), la noche del 8 de septiembre, dejó una vez más, constancia de su entrega y decisión que renace año por año no obstante que su forma de juego castiga fuertemente su salud, que si la espalda, el hombro, la rodilla, no importa, siempre vuelve; en una noche interminable, 4h, 41m, tras momentos inolvidables frente a Daniil Medveded conquistó su 19 grand slam y va por más, pero no está solo, tiene enorme competencia con Roger Federer (38 años y 20 GS) y Novak Djovic (32 años 16 GS), que solo terminará cuando el tiempo lo disponga pues ellos no dejan de sumar. Este deporte sin raigambre popular en Colombia acaba de darnos soberbios triunfos en este último torneo: María Camila Osorio campeona en Junior femenino y Juan Sebastián Cabal y Robert Farah campeones en dobles, quienes seguramente nos depararán muchos triunfos más.
Nunca como ahora hemos recibido tanta información deportiva, casi toda patrocinada por casas de apuestas y, en la publicidad de estas, con la intervención de ídolos del fútbol buscando seducir a los televidentes, incluso a jóvenes con las apuestas: “Acaso tú apostaste pelao”, todo legal y aprobado según consta en la publicidad… pero el fin… el destino.
El 11de julio de 1994 celebramos con todo orgullo la construcción del estadio “Palogrande”, al fin un escenario propio para el deporte. Con el tiempo y con ocasión de importantes torneos, la Copa Libertadores de 2004 que ganó el Once Caldas con el estadio lleno hasta las banderas, reiteramos nuestro orgullo de tener un estadio internacional; ratificado luego siendo sede en el mundial Sub 20 de 2011. Esa verdad de “pero grullo”, que el estadio es esencialmente para partidos de fútbol, fue olvidada paladinamente cuando se negó la oportunidad para encuentros internacionales de fútbol con el argumento de que ya estaba destinada para un concierto de música popular.
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