Aun cuando como dice San Agustín “El pasado ya no es …”, recordar siempre será grato. Hace ya muchos años mi amigo Ariel Ortiz, con ocasión de la muerte de un amigo común, que seguía a la de otro, con quien también compartíamos amistad y, mi queja por esa proximidad, me dijo: Hombre Jaime Enrique, primero se mueren los abuelos y al tiempo sus amigos, luego se mueren los padres y los amigos de ellos y después empiezan a morirse nuestros amigos: es una alerta, significa que estamos en el campo de tiro. Al principio no le hacemos caso porque no es notorio, pero con el paso de los años la lista se hizo numerosa. Casi todos mis amigos en Supía y Riosucio. Luego en la Universidad, de los 17 compañeros de Derecho en 1965 han fallecido 9, los recordamos los sobrevivientes en la celebración de 50 años, pero debo destacar a Edginardo Suárez Granada y Javier Giraldo Neira por su presencia en mi vida por muchos años más. De mi paso por la administración de Justicia, una larga lista pues de 32 compañeros en el Tribunal 14 fallecieron, debo recordar especialmente a mis compañeros de Sala Civil Evelio Martínez y Gabriel Trejos y con él a sus hijos Silvio Fernando y Gabriel, a Fanny González F. por su bondad y a Humberto Arango J., mi maestro, por sus lecciones de cómo se actúa en una colectividad, pero, de todos, guardo buenos y gratos recuerdos. Hace poco en seguidilla los abogados Álvaro Gómez M., Efraín Zuluaga Q., y el propio Ariel Ortiz quien, frente a la muerte de los que le antecedieron me había reiterado que no era un cuento, que la cosa iba en serio. Me quedan por suerte muchos amigos de mi época y otros con algunos años menos pero que no menciono por respeto a los lectores que aun persistan en la lectura, después de esa larga e incompleta lista. La pandemia disminuyó las tertulias que espero reeditar para ampliar y consolidar nuestra amistad.
Cuentan que, cuando alguien le decía a San Ignacio de Loyola, “esto que me pides, de aquí a quince días”, se mostraba perplejo y contestaba: “¡Cómo! ¿Tanto piensas vivir?” Concebía la vida como un viaje que tiene fin. De allí tal vez el consejo: No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
No podemos negar la muerte, debemos tenerla presente, no esconderla. Si le tememos a la muerte no podemos vivir, tampoco buscarla, la pandemia nos impuso la tarea de cuidar la vida frente a la amenaza declarada que nos puso la muerte en evidencia. Debemos cuidarnos como ya hacíamos cuando nos tomaban muestras para pruebas de laboratorio para vigilar el funcionamiento del corazón, del estómago, de los ojos o el bendito antígeno. Claro que queremos vivir. Lo que resulta extraño es la conducta contraria, no acudir al médico, no hacerse los exámenes, no cumplir con las dietas, beber o fumar en demasía, o como ahora ocurre, lanzarse en tumulto a la calle. Debemos cumplir las medidas de autocuidado, por ti y por el otro, no contagiarse y no contagiar y, no solo a los tuyos, algo que ya no se practica, el altruismo, amar a los demás. No tenemos que buscar la muerte, ella dará con nosotros en una cita ineludible. Cuentan que el capitán de la guardia del Emir de Beirut llegó apurado y asustado ante éste y le pidió prestado uno de sus caballos para irse a Samarcanda, el Emir le dijo que tomara uno de sus preferidos, pero le preguntó por su afán y el capitán le respondió, acabo de encontrarme en el mercado con la muerte y me miró fijamente, debo irme, se despidió y huyó. Poco después llegó la muerte y el rey le preguntó que quería con el capitán y la muerte le contestó: “Me sorprendí verle en el mercado cuando hoy tenemos una cita en Samarcanda”. Juan caminaba cerca de su casa, cuando vio que venía la muerte, corrió entonces a esconderse, no encontraba lugar seguro, de pronto vio un tarro de pintura negra y decidió pintarse la cara y las manos y hacerse el dormido, llegó la muerte llamando juan…juan, miró por todos lados y al no encontrarlo dijo: Para no perder el viaje, me llevo a este negrito.
Lo dicho, no hay que buscarla, ni esquivarla, ni esperarla, un día tocará a tu puerta. Como remataba San Agustín “…el futuro todavía no es”
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015