Toma hoy una sabia decisión: Prescindo del juicio y elijo entender a los otros y aceptarlos como son.
Si lo haces alégrate mucho porque puedes avanzar sereno por el sendero del amor a ti mismo y a los demás.
Date cuenta de que no puedes ser feliz mientras estás muy ocupado en juzgar o en condenar.
Cada persona está en su proceso y, aunque te suene raro, hace lo mejor que puede según su estado de conciencia.
Toda la energía que malgastas en juzgar inviértela en comprender y en ser inmensamente compasivo.
Dejar de juzgar es uno de los indicios que muestran si una persona de verdad es espiritual.
Jesús lo vio claro cuando perdonó a tantos y cuando decía lleno de amor: “No vine a juzgar sino a salvar”.
Si ves a Dios en cada ser y aceptas que todos somos uno podrás cambiar el juicio por compasión y estarás en paz.
@gonzalogallog
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